La inmunización frente a la covid-19 de los profesionales que trabajan en las farmacias comunitarias de España sigue inmersa en un escenario de sombras e incertidumbre. Si ya durante el pasado mes de marzo, tal y como recogió este periódico, el proceso estuvo marcado por las diferencias entre regiones a la hora de vacunar a los mayores de 55 años, el debate ahora es distinto pero sigue envuelto en un halo de polémica: ¿cómo se completará la pauta de los menores de 60 años que ya han recibido la primera dosis de AstraZeneca? Y es que son muchos los profesionales de la botica por debajo de esa edad que, como forman parte del grupo 3B de la estrategia nacional de vacunación, ya han recibido una dosis inicial y están a la espera de completar el proceso.
En principio, todo apunta a que se seguirá la decisión aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) de completar con Pfizer la pauta de los menores de 60 ya inmunizados con AstraZeneca. Sin embargo, también se deja abierta la posibilidad de que las personas que estén en esta situación y no deseen combinar ambas marcas puedan recibir su segunda dosis también con AstraZeneca; eso sí, bajo la firma de un consentimiento informado.
La viga maestra sobre la que la Administración ha apoyado esta decisión es el estudio CombiVacs, un ensayo clínico puesto en marcha por el Instituto de Salud Carlos III el pasado abril con 600 participantes con el objetivo de conocer los efectos de la combinación de ambas vacunas para completar la pauta de los menores de 60 vacunados con AstraZeneca. De hecho, los resultados preliminares de este estudio, anunciados por Sanidad a mediados de mayo, defienden que combinar las dos vacunas es seguro y eficaz, y que administrar una segunda dosis de la vacuna de Pfizer a quienes ya habían recibido otra dosis de AstraZeneca protege frente a la covid-19 sin efectos secundarios de importancia.
Reacciones
Sin embargo, el hecho de basar su decisión en los resultados de este ensayo clínico ha sido el detonante de que desde el sector farmacéutico se haya puesto el grito en el cielo, y de que las reacciones por parte de los representantes de la farmacia comunitaria no hayan tardado en aparecer.
La primera de ellas procedía de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) y llegaba cuando la decisión sobre las segundas dosis ya había sido avalada por la Comisión de Salud Pública pero aún no había recibido el visto bueno del Interterritorial. A juicio de la sociedad científica, “no existen razones ni evidencias científicas” que aconsejen demorar más la vacunación de los colectivos afectados ni tampoco hacerlo con una vacuna distinta a la inicialmente administrada. De hecho, recalcan que el criterio de mantener la vacunación con el mismo producto es el que está avalado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
“La decisión de Sanidad, que ha sido tratada en la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud, se apoya en el estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III. Sin embargo, Sefac opina que los resultados preliminares de este estudio (que avala el uso de vacunas distintas) muestran que es muy limitado, tanto por su duración (se inició el pasado abril) como por el número de pacientes incluidos en la muestra (menos de 700), y no supone una alternativa con garantías suficientes para la seguridad del paciente”, aseguran desde la sociedad científica.
Sobre este asunto, Eduardo Satué, vicepresidente segundo de Sefac, señala a CF que CombiVacs cuenta con muy pocos pacientes y que lo único que permite analizar, por el tiempo que lleva en marcha, son las reacciones adversas más comunes que se producen al cabo de dos semanas. “Para poder conocer las reacciones menos frecuentes sería necesario más tiempo y una muestra mucho mayor. Los resultados preliminares no permiten llegar a conclusiones que respalden la combinación de vacunas, por lo que defendemos que se complete la pauta con la segunda dosis de AstraZeneca, tal y como dijo la EMA”, afirma Satué.
Junto a esto, el vicepresidente segundo de la sociedad científica pone sobre la mesa una cuestión también vinculada a la seguridad y a la falta de evidencia: “Los datos del estudio permiten conocer que se han generado anticuerpos, pero no se sabe por cuánto tiempo, en qué cantidad, con qué eficacia o con qué seguridad. ¿Merece la pena jugársela? Creemos que para adoptar esta decisión hay que esperar a tener más evidencia y a poder conocer mejor los efectos secundarios”.
No alineada con la EMA
Otra de las voces de peso contra esta decisión fue la del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que pocas horas después de que el Interterritorial diese luz verde a la medida ahondaba en la idea de que esta decisión puede “generar confusión en la población”, ya que “no está alineada con las recomendaciones de la EMA ni con la evidencia científica disponible hasta el momento”. Junto a esto, ha hecho un llamamiento a las autoridades sanitarias para que se garantice la equidad en el proceso de elección de la segunda dosis, independientemente de la comunidad autónoma en la que se realice.
Además, ante esta situación, la organización farmacéutica colegial se ha ofrecido para realizar programas intensivos de farmacovigilancia en colaboración con las autoridades sanitarias con el objetivo de “aumentar la evidencia científica en aquellos pacientes que reciban el esquema vacunal AstraZeneca/Pfizer”.
También Sefac, a raíz de esta decisión, ha expresado “su continua predisposición a colaborar” con el Ministerio de Sanidad y las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas para “contribuir a un mejor abordaje de la pandemia y de la vacunación en beneficio de la población”.
Ponencia de vacunas
A los argumentos que dan los representantes de la farmacia comunitaria sobre la falta de evidencia y sobre las limitaciones del estudio CombiVacs hay que sumar otro que tiene aún más peso si cabe: el de la Ponencia de Vacunas. En un documento de trabajo al que ha tenido acceso este periódico, los expertos de esta ponencia advertían a Sanidad de que el estudio del Instituto de Salud Carlos III era “éticamente cuestionable”, y apuntaban que no hay “ningún argumento científico para la no administración de la segunda dosis con la vacuna Vaxzevria (la de AstraZeneca)”. Sin embargo, ese argumentario parece no haber sido suficiente y ha sido omitido en la decisión final adoptada por Sanidad.
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Con todos estos ingredientes sobre la mesa y más allá del choque de criterios entre sanitarios y Administración, una de las premisas que llegan con más fuerza desde los profesionales es que se dé celeridad al proceso de vacunación y que se garantice la equidad entre las distintas regiones a la hora de completar la pauta de vacunación. De hecho, fuentes profesionales aseguran a este periódico que “casi todos los colegios provinciales y/o consejos regionales de COF ya se han dirigido a sus consejerías de Sanidad para preguntarles qué política van a seguir”. Y es que muchos temen que ocurra como pasó al principio del proceso de vacunación con la inmunización a los profesionales de la farmacia mayores de 55: que cada autonomía adopte su propia decisión, haciendo uso de sus competencias, en función de su criterio y de la disponibilidad de dosis de cada vacuna.
¿Habrá disponibilidad?
A raíz de esto, fuentes colegiales apuntan a este periódico que existen dudas sobre si habrá capacidad para que todas las regiones administren la vacuna que cada profesional considere en el caso de tener que elegir entre Pfizer y AstraZeneca para la segunda dosis. “Ante todo, nosotros estamos del lado de la evidencia científica y apostamos por lo que recomienda la EMA. Sin embargo, no sabemos si al final el debate va a estar también marcado por la capacidad de cada autonomía de disponer de una u otra vacuna”, apuntan estas fuentes.
Por ello, inciden en la idea de que los contactos con las consejerías a raíz de este asunto “están siendo continuos”, siempre insistiendo en que “debe ser una prioridad terminar de vacunar a los profesionales de la farmacia comunitaria”, ya que son “un colectivo esencial que trabaja en primera línea contra la pandemia”.
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