El Comité europeo para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) ha iniciado una nueva investigación para estudiar la posible vinculación de las vacunas de la covid-19 de Pfizer (Comirnaty) y Moderna (Spikevax) con el eritema multiforme, la glomerulonefritis y el síndrome nefrótico.
El PRAC, el comité dedicado a la seguridad de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), estudia si estos trastornos son posibles efectos secundarios de las vacunas de la covid-19 con tecnología de ARNm comercializadas en Europa, según señala en unos documentos publicados en la página web de la EMA y como ha adelantado Europa Press.
El eritema multiforme se considera una reacción alérgica a múltiples desencadenantes, como infecciones o medicamentos. Se caracteriza por lesiones redondas que también pueden afectar a las membranas mucosas de las cavidades internas del cuerpo.
El PRAC investigará si existe una relación causal con Comirnaty y Spikevax a raíz de la comunicación de un número pequeño de sospechas de reacciones adversas a EudraVigilance, después de la administración de alguna de estas vacunas.
El comité ha pedido más información a los laboratorios para ayudar a determinar si existe o no una asociación firme.
Riñón
También se investiga si las vacunas de la covid-19 de Pfizer y Moderna pueden ocasionar efectos adversos renales; en concreto, glomerulonefritis (inflamación de los glomérulos, los pequeños filtros de los riñones) y síndrome nefrótico (trastorno por el cual se excreta demasiadas proteínas en la orina).
La EMA señala que los pacientes con estos trastornos pueden presentar orina espumosa o con sangre; edema, en párpados, pies o abdomen, o fatiga.
En el caso de estos posibles efectos en el riñón, la agencia informa que ha iniciado la investigación tras los casos notificados en estudios publicados en revistas científicas, incluidos los de pacientes que sufrieron recaídas de afecciones renales preexistentes.
Desórdenes menstruales
Por otra parte, con todas las vacunas de la covid-19 (incluidas Vaxzevria, de AstraZeneca, y la de Janssen), se investiga su posible asociación con trastornos menstruales. La EMA recuerda que todavía no se ha podido establecer que las vacunas alteren el ciclo menstrual de las mujeres, y recuerda que son trastornos muy comunes en la población general y pueden producirse sin una causa médica subyacente.
El PRAC ha pedido más información a los titulares de la autorización de comercialización e las cuatro vacunas y afirma que revisará toda la información disponible, incluidos las notificaciones de sospechas de reacciones adversas y los estudios publicados al tiempo que continúa monitorizando este posible efecto adverso.
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