Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en Atlanta, Estados Unidos, lo han dejado muy claro: la variante Delta el SARS-CoV-2, identificada por primera vez en India y que actualmente es la dominante en todo el mundo, es "probablemente más grave" que las mutaciones anteriores, según un informe interno confidencial de este organismo, publicado en el sitio web del Washington Post este fin de semana.
Los últimos estudios de secuenciación ya habían determinado que la variante Delta es un 50% más transmisible que la variante Alfa, detectada por primera vez en el Reino Unido y conocida como británica o B.1.1.7, y un 56% más contagiosa que el coronavirus original chino de Wuhan que desencadenó la pandemia mundial.
También entre vacunados
A la espera de nuevos pronunciamientos de los profesionales de los CDC estadounidenses, previsiblemente para este próximo viernes, en el informe se pone de manifiesto que esta variante es capaz de transmitirse como la varicela, lo que la convierte en una variante con una elevada capacidad de infectar y contagiar, incluso por y entre personas que han recibido la pauta completa de vacunación.
En el citado documento se alude a un reciente brote en Massachusetts, Estados Unidos, en el que se vieron involucradas al menos 145 personas infectadas con la variante Delta y cuyas cargas virales fueron más altas en relación con otras personas vacunadas que se infectaron con otras cepas de coronavirus. En muchos de ellos, se considera tienen más riesgo de ser hospitalizados, desarrollar sintomatología de forma más rápida y precisar aportes de oxígeno, por lo que actualmente se estudia si es capaz de generar una enfermedad más grave.
Los investigadores de distintas partes del mundo también han establecido que las personas infectadas con Delta tienen alrededor de 1.000 veces más partículas virales en sus sistemas respiratorios superiores que las personas contagiadas con cepas anteriores de coronavirus.
Esa diferencia permite que Delta pase de una persona a otra solo cuatro días después de una infección inicial. Con las cepas anteriores, se necesitaban unos seis días para que eso ocurriera.
Datos de tres países con la Delta
Este hecho pone de manifiesto que, efectivamente, la capacidad de propagarse de la variante Delta es más elevada, pero aún no se ha establecido de una manera concluyente si genera una enfermedad de mayor gravedad. La agencia estadounidense ha citado, en este sentido, tres análisis –en Canadá, Singapur y Escocia-, que relacionan la variante con afecciones más graves:
En Ontario (Canadá), por ejemplo, se ha observado que los infectados por Delta tenían más del doble de probabilidades de ser ingresados en el hospital, casi cuatro veces más de ser tratadas en unidades de cuidados intensivos y más del doble de riesgo de fallecer por covid-19 en comparación con la población que se contagió con las variantes anteriores del SARS-CoV-2.
En Singapur, señala el informe del CDC, las personas infectadas con Delta tenían casi 5 veces más de posibilidades de requerir tratamiento con oxígeno, ser ingresadas en una UCI o fallecer por covid-19, en comparación las contagiadas en los meses iniciales de la pandemia. Por último, el estudio de Escocia, indica que el riesgo de necesitar atención hospitalaria era un 85% más para los infectados por Delta frente a las contagiadas por las otras cepas virales.
Pero, es que además, el documento indica que para las personas que ya habían superado el coronavirus, al menos 6 meses antes, el riesgo de un posterior contagio con la variante Delta era de hasta un 46% más, en comparación con el riesgo de un nuevo contagio posterior con la variante Alfa, anteriormente conocida como B.1.1.7 o británica.
No obstante, y a pesar de que estudios observacionales en Gran Bretaña, Canadá e Israel sugieren que la vacuna de Pfizer pierde algo de efectividad cuando se enfrenta a la variante Delta, ésta ha sido muy eficaz para disminuir el peligro de hospitalización en un 96% de los casos en Inglaterra y Escocia, en un 100% en Canadá y 93% en Israel.
Medidas adicionales
En general, “las vacunas autorizadas para su uso en Estados Unidos están teniendo un gran impacto”, señaló Rochelle Walensky, directora de los CDC, quien, sin embargo, insiste en la necesidad de adoptar otras medidas para limitar el contagio de esta variante, al menos en Estados Unidos”.
Así, “aumentar la cobertura de vacunación actual y utilizar la mascarilla de forma universal en lugares públicos cerrados son vitales para frenar su propagación en zonas con elevadas tasas de transmisión”, considera la directora de los CDC, “independientemente de si se han completado o no las pautas de vacunación”.
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