"Doctor, mi marido suda mucho y huele mal". "¿Desde cuándo?". "Desde que hace dos semanas toma el fármaco que usted le recetó para el Parkinson". "Muy bien, pues se lo sustituiremos por otro". Esta conversación real entre cuidador y médico refleja un problema que, si bien no es grave desde el punto de vista fisiológico o fisiopatológico, como recalcan los expertos, puede afectar a las relaciones sociales de los pacientes y a su vida en pareja. Son la cara B de muchos medicamentos y requieren una comunicación bidireccional médico-paciente.
Juego patológico, libido aumentada, hipersexualidad, compras compulsivas, atracones... son algunas de las reacciones adversas que figuran en la ficha técnica de medicamentos como Sinemet (carbidopa monohidrato y levodopa) y Madopar (levodopa y benserazida), entre otros medicamentos, como los agonistas dopaminérgicos, para tratar el Parkinson. Son trastornos del control de los impulsos, pero también existen trastornos de la piel, como sudoración, alopecia...
Trastornos del sistema nervioso
Los trastornos del sistema nervioso son los segundos más frecuentes (la mayoría son no graves) en los casos de sospechas de reacciones adversas, después de los trastornos generales y alteraciones en el lugar de la administración. Así lo refleja la aplicación Fedra (Farmacovigilancia Española Datos de las sospechas de las Reacciones Adversas), de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), actualizada a 1 de septiembre.
"Hay pacientes que se arruinan y se divorcian. Las familias no siempre lo entienden. Son casos dramáticos" (Álvaro Sánchez Ferro)
Hasta esa fecha, esta base de datos, que tiene sus orígenes en 1983 y se actualiza cada mes, reporta 527.056 casos de sospecha de reacciones adversas notificadas con medicamentos o acontecimientos adversos ocurridos después de la vacunación.
El 60,68% de los casos afectan a las mujeres. "Son ellas las que tienen un mayor consumo de fármacos, mayor polifarmacia, según sabemos por estudios epidemiológicos", aclara Daniel Sevilla Sánchez, coordinador del Grupo de Trabajo del Paciente Crónico (Cronos) de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalria (SEFH).
Respecto a la problemática de los trastornos del sistema nervioso, Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento (GETM) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y neurólogo del Hospital 12 de Octubre, explica a este medio cómo los abordan: "Los trastornos de control de los impulsos pasan sobre todo, más que con Sinemet, con fármacos que son agonistas dopaminérgicos. Es decir, lo vemos más con el pramipexol, el ropinirol... y, en menor medida, con la rotigotina", que se emplean tanto para el Parkinson como para el síndrome de piernas inquietas.
Él mismo ha visto cómo algunos de sus pacientes han experimentado estos problemas: "Acabo de tener un paciente que, por culpa de una hipersexualidad, ha tenido un divorcio muy complicado. También hay gente que se arruina. Hay veces que las familias no lo entienden. Son casos dramáticos". Este tipo de reacciones adversas, asegura, se observan más en hombres y en edades jóvenes.
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