La sequedad cutánea es un problema frecuente que puede acentuarse en situaciones especiales como la actual crisis pandémica. Sin embargo, los expertos insisten en que la estrategia adecuada es realizar un diagnóstico inicial acertado, ya que no es lo mismo que la causa sea la deshidratación que una ausencia de ácidos grasos. Un buen producto puede no surtir ningún efecto o incluso ser perjudicial porque no se adapta al tipo de piel o no es el apropiado en una determinada coyuntura. Por tanto, lo mejor es consultar con un especialista.
Actualmente, existen múltiples productos para la sequedad cutánea. Los más novedosos son las ceramidas, los probióticos y prebióticos, y la niacinamida. Las ceramidas son lípidos que naturalmente tiene la piel. Ayudan a subsanar la deficiencia de ácidos grasos y de sustancias que tienen que estar entre las células que forman la piel. La niacinamida es un ingrediente activo calmante que ayuda a aliviar la sensación de irritación y repara la barrera lipídica. Este activo estimula la producción de ceramidas y lípidos que se encuentran en la piel, reduciendo la pérdida transepidérmica de agua. Los probióticos y prebióticos restablecen el equilibrio en el microbioma.
Igualmente, son beneficiosos los aceites de rosa mosqueta y argán, ricos en vitamina E y ácidos grasos poliinsaturados. También la manteca de Karité, que contiene ácidos grasos y vitaminas (vitamina F).
El ácido hialurónico resulta eficaz porque ayuda a retener grandes cantidades de agua, aportando volumen y previniendo la deshidratación.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3vu4SRc
No hay comentarios:
Publicar un comentario