Como ya hemos comentado en otra ocasión, el año 2022 se caracterizó por la irrupción a gran escala de la llamada inteligencia artificial generativa (o IA generativa; en inglés, generative AI), caracterizada por modelos de aprendizaje automático basado en redes neuronales profundas y capaces de generar contenidos nuevos y originales. Llamaron la atención de modo especial, por su espectacularidad, los text-to-image models o T2I models (modelos de texto a imagen), que parten de una descripción en lenguaje natural para producir una imagen digital de calidad pictórica o fotográfica coincidente con dicha descripción. La IA generativa, no obstante, abarca también muchos otros tipos de modelos: text-to-video o T2V (de texto a vídeo), text-to-audio o T2A (de texto a audio), text-to-text o T2T (de texto a texto), text-to-motion o T2M (de texto a movimiento), text-to-code o T2C (de texto a código), text-to-NFT o T2N (de texto a vale [o token] no fungible), text-to-3D o T2D (de texto a formas o modelos tridimensionales), audio-to-text o A2T (de audio a texto), audio-to-audio o A2A (de audio a audio), brain-to-text o B2T (de actividad neuronal cortical a texto) e image-to-text o I2T (de imagen a texto), entre otros.
En mi mundillo de los profesionales del lenguaje, se está viviendo con especial interés (y preocupación) la revolución que han traído consigo los modelos masivos de lenguaje como ChatGPT (o GePeTo), pero eso es solo la guinda del enorme pastel que es ya la IA generativa. La página AI Websites, por ejemplo, registra más de tres mil sitios web de IA y los ordena por tráfico mensual de usuarios. Con fecha de hoy, los diez primeros puestos los ocupan ChatGPT, DeepL, Character.AI, QuillBot, Civitai, Midjourney, Remove BG, Hugging Face, Perplexity.AI y You.com.
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