En España se producen aproximadamente 16.000 nuevos casos de pacientes ostomizados cada año, y de ellos el 40% son ostomías permanentes. La Enfermería realiza una labor clave de información y seguimiento en el paciente ostomizado y prácticamente en estos momentos hay un estomaterapeuta o dos en la mayoría de hospitales.
Gracias a los avances de la sanidad, los pacientes portadores de ostomía cada vez presentan una mayor supervivencia. Pero eso también genera que sus necesidades de atención crezcan continuamente, un espacio donde la enfermera estomaterapeuta desempeña un papel primordial a la hora de informar y formar a pacientes y familiares, pero también a otros compañeros sobre los principales problemas y respuestas. Todo ello, unido a un seguimiento personalizado, redunda en mejores resultados en salud para el paciente ostomizado.
Una semana antes de la operación, la enfermera estomaterapeuta realiza la consulta prequirúrgica, cuya finalidad es la toma de contacto y el comienzo de la educación sanitaria. Según explica Mónica Martínez, enfermera estomaterapeuta titulada del Hospital Universitario Sant Joan d'Alacant, sobre todo se le da información sobre la intervención quirúrgica que se le va a realizar.
"El paciente viene muy asustado e intento darle explicaciones sencillas y trasmitirle seguridad. Le enseño los diferentes dispositivos que hay en el mercado y la forma correcta de colocárselos. Además, explico la dieta que debe realizar los dos días antes de la intervención quirúrgica y le recomiendo la adquisición de una faja abdominal para su utilización los días posteriores".
El día previo a la cirugía se desarrolla la consulta de marcaje. Martínez, que ha conseguido la máxima formación académica en la materia con el título de Máster de Enfermería en Coloproctología y Estomaterapia de la Universidad Francisco de Vitoria), explica que "tras la toma de contacto y las recomendaciones, le realizo el marcaje del estoma, que es una técnica fundamental para que la colocación del mismo esté en el lugar idóneo. Eso implica salvar pliegues abdominales que le dificultaría la adhesión del dispositivo y la aparición de fugas", explica.
Tras la intervención, se suceden las visitas de la enfermera para controlar la evolución del paciente ostomizado. El primer mes hay visitas semanales; en el segundo, se van espaciando cada quince días; y posteriormente se realizan trimestral o semestralmente. Al margen del calendario, se atiende a los pacientes siempre que lo demandan.
"Las primeras consultas son para que el paciente vaya adquiriendo cada vez más autonomía en el cambio de dispositivos. A los 15 días se retiran los puntos de sutura que le quedan alrededor del estoma y a los 20, los tutores que llevan las ostomías urinarias (urostomías)". Asimismo, se revisa la piel periestomal para evitar la aparición de posibles complicaciones tempranas.
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