La fisiopatología de la obesidad es diferente entre ambos sexos y son los astrocitos del hipotálamo las células cerebrales que juegan un papel esencial en la regulación de ese equilibrio energético distinto. Son las principales conclusiones de un nuevo estudio del CiMUS de la Universidad de Santiago de Compostela, dirigido por Olga Barca, del grupo Gliatime, y Miguel López, del grupo NeurObesity. El trabajo ha sido publicado en la revista científica Cell Reports.
La línea de investigación de estos grupos estudia la influencia en la obesidad de los ritmos circadianos. Según ha explicado Olga Barca, la homeostasis energética define el punto de equilibrio entre la energía que consume y que gasta nuestro organismo, y está regulada, al igual que los demás ritmos circadianos, por el sistema nervioso central a través del hipotálamo. Su comportamiento es fundamental en la fisiopatología de la obesidad y en las enfermedades relacionadas.
El estudio del CiMUS se ha realizado con ratones pero la hipótesis del grupo es que sus resultados pueden darse también en humanos. Los investigadores han descubierto que el mantenimiento del equilibrio energético es diferente en ratones machos y hembras. También que son los astrocitos los responsables de esas diferencias.
Alteraciones en los astrocitos del hipotálamo
La forma de hacerlo ha sido eliminando el gen BMAL1, uno de los genes del reloj molecular que desempeña un rol crucial en la generación de los ritmos circadianos. El resultado ha sido que su supresión en los astrocitos femeninos deriva en un balance energético negativo y altera los ciclos metabólicos básicos, sin que ello afecte a la actividad locomotora circadiana. Estas células influyen en la tasa metabólica, la lipogénesis en el tejido adiposo blanco y hepático y en la actividad del tejido adiposo pardo.
"Para eliminar los ritmos circadianos de los astrocitos suprimimos este gen y vemos que las diferencias se producen cuando lo hacemos en el hipotálamo", explica a DM Olga Barca. Lo que sucede es que los ratones machos se vuelven obesos y las hembras pierden peso.
Cuando estos ratones son sometidos a una dieta alta en grasa, los machos siguen obesos y las hembras adquieren un fenotipo metabólico como los machos, se vuelven obesas y su composición corporal se comporta como la de los machos. "Es importante remarcar que estas alteraciones específicas se producen en los astrocitos del hipotálamo", subraya la coordinadora del grupo Gliatime.
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