Las consultas sobre alteraciones de la piel y sobre los signos del envejecimiento están a la orden del día en la farmacia. Y una de las más recurrentes en lo que al ámbito estético se refiere es la laxitud o flacidez cutánea. "Nuestros pacientes y usuarios nos trasladan muchas dudas respecto a la flacidez de la piel facial y corporal, asociadas a después del parto, durante las dietas de adelgazamiento o como preocupación añadida al resto de signos del envejecimiento cutáneo", confirma a este medio Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COF de Madrid.
Este problema, más bien estético, no afecta solo al rostro, que sufre una "modificación del contorno del óvalo facial", sino también a la zona del cuello, que presenta "descolgamiento de los tejidos y, como consecuencia las arrugas, se hacen más profundas y visibles", comenta la vocal. Los brazos, vientre, glúteos, muslos y pecho tampoco se escapan.
La flacidez cutánea es una consecuencia del envejecimiento cutáneo, por el que "la se vuelve más fina y cede a la fuerza de la gravedad, por lo que entendemos como laxitud cutánea la forma en la que la piel pierde firmeza y elasticidad", explica Aguado. "Esto ocurre debido a que las principales fibras proteicas que forman parte del tejido conectivo (colágeno y elastina) empiezan a degradarse, al mismo tiempo que se reduce el contenido de ácido hialurónico presente en la dermis".
Pero no solo hay que echar la culpa al envejecimiento. Como señala la experta, hay otras circunstancias que también provocan "grandes distensiones de la piel, como el embarazo y pérdidas importantes de peso corporal o de forma repentina". A lo que añade: "La vida sedentaria conlleva falta de tonicidad muscular, lo que favorecerá la laxitud de los tejidos. También, la exposición prolongada al sol y a la radiación ultravioleta A, al ser responsable de la degeneración del tejido conectivo; el tabaco; las dietas ricas en grasas y azucares y, por su puesto, el factor genético o hereditario, que será determinante en la estructura y aspecto de la piel".
Según la farmacéutica, "existen soluciones dermocosméticas que mejoran la elasticidad y firmeza de la piel, favoreciendo la reparación de las fibras de colágeno y elastina, así como la retención de agua al estimular la producción de ácido hialurónico". Además, afirma que los cosméticos pueden actuar "como coadyuvantes a tratamientos médico-estéticos, mejorando y manteniendo su eficacia a lo largo del tiempo".
Además, incide en que el farmacéutico cuenta con fórmulas específicas para el cuidado de la piel del rostro o del cuerpo e indicadas en las distintas etapas de la vida, por ejemplo, embarazo y lactancia o circunstancias concretas de cada paciente o usuario.
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