La Organización Mundial de la Salud, al igual que distintas sociedades pediátricas, recomienda no exponer a los bebés a pantallas durante su primer año de vida y limitar el consumo de televisión, tablets, móviles u otros dispositivos electrónicos a los niños de entre dos y cuatro años a un máximo de una hora al día.
Distintos estudios han asociado la sobreexposición a las pantallas con problemas del desarrollo; una evidencia a la que se suman ahora los resultados de una investigación liderada por Taku Obara, investigador de la Universidad Tohoku de Sendai (Japón), que ha realizado un seguimiento a 7.097 familias. Los detalles del trabajo se encuentran en el último número de JAMA Pediatrics.
Según sus datos, cuanto mayor sea la exposición de los bebés de un año a las pantallas, mayor será también su riesgo de sufrir problemas de retraso en la comunicación y en la resolución de problemas a las edades de 2 y 4 años.
A través de cuestionarios a las familias, los autores de la investigación comprobaron que, en la población estudiada, 3.440 niños (48,5%) estaban delante de una pantalla menos de una hora al día; 2.095 (29,5%) lo hacían entra una y dos horas a lo largo de la jornada; 1.272 (17, 9%) pasaban entre dos y cuatro horas frente a una pantalla cada día y, finalmente, 290 (4,1%) niños estaban cuatro o más horas al día frente al televisor, el ordenador, la tablet o el móvil. De los 7.097 niños estudiados, 3.674 eran varones (el 51,8% de la muestra analizada) y 3.423 eran niñas (48.2%).
Al estudiar, a medida que los pequeños crecían, distintos aspectos relacionados con el desarrollo, los investigadores comprobaron que existía una asociación entre el tiempo de exposición a pantallas a la edad de un año con un mayor riesgo de retraso en las habilidades comunicativas y la capacidad para resolver conflictos a las edades de dos y cuatro años.
Este riesgo era mayor cuanto mayor había sido también la exposición a las pantallas, subrayan los investigadores, quienes aclaran que "en particular, más de cuatro horas de tiempo de exposición a las pantallas al día se asoció con retraso en la comunicación y en la resolución de problemas a los dos y a los cuatro años de edad".
"Los resultados de nuestro estudio apoyan los de investigaciones previas, que también han mostrado una asociación entre el tiempo de exposición a las pantallas con consecuencias en el desarrollo", señalan los investigadores en la revista científica.
En la última actualización de sus guías, la Academia Americana de Pediatría recomienda que antes de los 18 meses, la exposición de los bebés a pantallas sea nula, a excepción de videollamadas y siempre acompañados de un adulto.
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