Más de un estudio médico ha probado el uso terapéutico de la música. En bebés, en concreto, se ha observado un efecto de calma y alivio ante procesos dolorosos. En los más pequeños resulta complicado medir el impacto concreto de las intervenciones clínicas más complejas. "Hay muchos estudios que han investigado sobre ello, pero resulta difícil encontrar trabajos que sean concretos sobre el empleo de música y beneficios en niños muy pequeños", apunta Catalina Morales, adjunta en el Servicio de Neonatología en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Un reciente estudio publicado en Pediatric Research recoge de forma concreta y concisa una prueba con la que han verificado cómo una nana de Mozart alivia el dolor en la prueba del talón en los recién nacidos. "Aquí sí podemos medir de forma científica el impacto", explica Morales. "Porque los factores que se incluyen son los mismos en todas las situaciones: misma canción, mismo procedimiento [prueba del talón] y el mismo contexto situacional de los bebés".
El trabajo lo ha realizado el equipo liderado por Saminathan Anbalagan, neonatólogo en la Universidad Thomas Jefferson de Nueva York. El experto explica a este medio los motivos de la elección de la pieza del compositor austriaco. "La elección de la música clásica, es decir, la música de Mozart, se debió a su uso generalizado en la investigación y a la alineación con nuestro interés más amplio en explorar el impacto de la música en la percepción del dolor en los recién nacidos".
Anbalagan concreta que la utilizada en la investigación "se seleccionó porque presenta tonos menores, un ritmo lento y tiene una cualidad calmante que se cree que conduce a la relajación y el potencial percibido para crear una atmósfera relajante para los recién nacidos que se someten a procedimientos dolorosos menores".
¿Por qué este estudio?
Una de las razones de este trabajo reside en que "el dolor neonatal es un área subestimada en el mundo médico, como apuntan otros autores, Juan H. Velasquez y Denisse Staufert Gutierrez", explica Anbalagan. "Desde hace mucho tiempo existe la idea errónea de que los recién nacidos no experimentan dolor ni retienen experiencias dolorosas. Sólo en las últimas décadas las investigaciones han demostrado que los recién nacidos lo experimentan, a veces incluso de forma intensa".
Aunque esta creencia se ha ido difuminado en los últimos años, "sigue siendo una forma común de pensar en algunos entornos. Además, es desconcertante por qué algunos hospitales no cuentan con protocolos para el alivio del dolor provocado por procedimientos menores en recién nacidos".
Morales explica que el uso de música en bebés, y sobre todo en prematuros, "muchas veces se rechaza porque en los segundos el canal auditivo, el sistema completo, aún carece de madurez para someterlo a este tipo de exposición. Cabe recordar que mientras están en el vientre de la madre están protegidos por varias capas de tejidos".
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