En 2024 se registraron tres olas de calor en España y se estimaron 2.032 muertes atribuibles a las altas temperaturas, según datos del Ministerio de Sanidad. Este año no parece que vaya a haber tregua y sufriremos un verano de elevadas temperaturas, que hay que combatir con prevención para que nuestra salud no se vea afectada.
Prevenir y mitigar los efectos negativos de las altas temperaturas en la población es una responsabilidad de todos los profesionales de la salud y, por ello, es imprescindible que se transmitan de forma adecuada las medidas más efectivas, pensando en todos los colectivos, pero sobre todo en los más vulnerables al calor extremo, entre ellos, quienes, por razones laborales, tienen una exposición excesiva al calor; los mayores de 65 años; los lactantes y menores de 4 años; las mujeres gestantes, y las personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, trastornos mentales, de memoria o dificultades de comprensión u orientación.
El farmacéutico comunitario, como profesional sanitario experto en el medicamento y uno de los más próximos a la población, está en una posición privilegiada para transmitir, siempre en coordinación con el resto de los profesionales y autoridades sanitarias, consejos para prevenir la deshidratación, el daño ocasionado por los rayos ultravioleta en los ojos y en la piel y los efectos de algunos medicamentos en situaciones de temperaturas muy altas.
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