Es una arritmia complicada y Ricardo Salgado, el cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid que lidera la intervención, se prepara antes de entrar en el quirófano. Debe encontrar el modo de romper el circuito anómalo que está provocando un ritmo irregular en el corazón de la paciente, de 60 años, que ya está bajo los efectos de la anestesia.
Lo primero que prepara el equipo es una reconstrucción de la cavidad en la que saben que se localiza el problema. Mediante un sistema de navegación, en las pantallas va apareciendo poco a poco un mapa tridimensional de la aurícula izquierda, una imagen que muestra también la activación eléctrica del corazón.
Esa especie de 'GPS cardiológico' será su guía durante toda la intervención, el navegador que alumbre sus pasos ya que el procedimiento se lleva a cabo en la llamada 'sala zero' de la unidad, una sala pionera para la realización de procedimientos cardiovasculares invasivos en la que todo se hace sin radiación. Es una novedad que el área de Cardiología Intervencionista del centro madrileño ha estrenado recientemente, tras la renovación de sus instalaciones.
Vista en tres dimensiones
Según explica Nicasio Pérez Castellano, jefe de sección de Electrofisiología y Arritmias del Clínico San Carlos, contar con esta sala sin radiación supone un salto cualitativo en el abordaje de problemas como las arritmias.
"Tradicionalmente, los estudios electrofisiológicos comenzaron a realizarse mediante rayos X", explica. Era esta técnica que muestra una imagen biplana del corazón la que servía para guiar los catéteres necesarios para varios procedimientos cardiovasculares. A principios de la década de los 2000 en los quirófanos comenzaron a introducirse distintos navegadores, dispositivos tecnológicos que permiten crear un sistema de coordenadas alrededor del tórax del paciente y proyectan en esa cavidad la activación eléctrica del corazón. "Esa combinación de señal eléctrica y anatomía permite reconstruir la cavidad con la propagación eléctrica, lo que hace que puedas ver continuamente en tres dimensiones cómo se está activando el corazón", explica el cardiólogo.
Aunque la tendencia generalizada es que los especialistas se guíen cada vez más por navegación y no por rayos X, en general se seguían manteniendo momentos de radiación durante las intervenciones, para contar con una doble guía, indica Pérez Castellano.
"El salto es la 'sala zero' en la que se trabaja completamente sin radiación, algo que es posible gracias a la experiencia de los operadores" que no necesitan esa doble guía, subraya el especialista.
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