Desde abril Elena Casaus es la nueva secretaria general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg). Toma así el relevo de Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, quien ha estado 17 años al frente de la patronal.
Tiene el listón muy alto, pero Casaus no se amilana frente a los retos. De hecho, su currículum la avala, con más de 25 años de experiencia en el sector farmacéutico, la mayoría en la administración pública. En su última etapa ha sido la coordinadora de la Estrategia Regional de Terapias Avanzadas de Madrid.
Por eso se crece ante desafíos como el anteproyecto de Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios, que ha estado examinando codo con codo con su predecesor en este periodo de transición. La alegación principal de la patronal es proponer un sistema de precios dinámico alternativo al de precios seleccionados del artículo 116, para alcanzar volúmenes altos a precios competitivos.
Pregunta.
¿Cómo se plantea esta etapa y qué supone pasar al sector privado?
Respuesta.
Con mucha responsabilidad y compromiso, porque considero, además, que el medicamento genérico es una pieza clave en la sostenibilidad del sistema. Es el dinamizador de precios del mercado de medicamentos; realmente, si no hubiera genéricos, no habría competencia. Un aspecto fundamental es la sostenibilidad. La defensa de los intereses para un entorno sostenible se ve muy alineado con lo que son políticas públicas.
P.
¿Hay algo de su modo de trabajar en el cargo anterior que pueda aplicar ahora?
R.
Sí. La experiencia con las terapias avanzadas me enseñó lo importante que es trabajar con una planificación estratégica y una visión a largo plazo. Y eso es perfectamente aplicable a cualquier sector, pero sobre todo a uno tan estratégico como el de los genéricos.
En ambos sectores se comparte la preocupación por la sostenibilidad. Las terapias avanzadas son lo más innovador y con unos costes de tratamiento muy altos, porque son medicamentos que pueden llegar a cambiar el curso natural de la enfermedad. Y el genérico es ese sector fundamental para generar ahorros y para que esa innovación se pueda incorporar. En cierta medida, son complementarios.
P.
¿Cómo ve la situación del genérico en España?
R.
Lleva 10 años estancado; el 94% de las unidades del mercado son de lanzamientos anteriores al 2015. Más del 50% de los medicamentos genéricos dispensados con cargo a fondos del SNS tienen un precio inferior de 1,60 €, umbral mínimo fijado en 2015. La utilización del genérico en España es inferior a la media de la UE, a pesar de ser el segundo país con mayor número de plantas de fabricación de genéricos.
P.
Y ¿en comparación con otros países?
R.
En relación con otros países europeos, como Alemania o Reino Unido, tenemos cuotas de mercado que son, prácticamente, la mitad: estamos en un 42% y en estos países están en torno a un 85%. Por tanto, debemos reflexionar sobre qué medidas habría que adoptar para poder equipararse. Además, se da la paradoja de que estos son los países de la innovación, precisamente porque tienen una cuota de medicamentos genéricos muy alta.
En España es consecuencia de la pérdida de medidas progenéricos que había hasta 2015, que se implementaron a su vez en 2008 por la crisis económica. Se adoptaron medidas, como la prescripción por principio activo, la dispensación del genérico preferentemente sobre la marca y la diferenciación de precio. Al perder esas medidas, nos hemos estancado. La solución está en adoptar estas políticas de nuevo para conseguir grandes volúmenes de genéricos y espacios para incorporar la innovación.
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