La giardiosis es una parasitosis gastrointestinal que causa diarrea y dolor abdominal y, según un estudio observacional realizado por investigadores del Grado en Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Castellón -en colaboración con los Servicios de Pediatría y Microbiología del Hospital Universitario de La Plana, de Villarreal-, por su prevalencia debe ser considerada como un diagnóstico probable de patología gastrointestinal en los niños con diarrea y dolor abdominal.
El estudio, publicado en Anales de Pediatría -revista de la Asociación Española de Pediatría (AEP)-, incide en que un correcto manejo clínico cuando los pacientes pediátricos presentan esta sintomatología, contribuirá a reducir la posibilidad de empeoramiento, evitándose el ingreso hospitalario y reduciendo su impacto económico en términos de coste sanitario, que el estudio ha cifrado en 117 euros por paciente.
Genotipos zoonóticos
Según explica a DM Pasqual Gregori, pediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de la Plana, “la giardiosis es una parasitosis gastrointestinal producida por Giardia duodenalis, con distribución mundial y considerada por la OMS como una enfermedad desatendida, cuyo principal grupo de riesgo es la población pediátrica”.
El grupo de investigación previamente había realizado y publicado en BMC Veterinay Reseach (2018) y Vector-Borne and Zoonotic diseases (2019) el resultado de un estudio sobre la parasitación en los perros de la provincia de Castellón, dónde la Giardia duodenalis genotipo AII, BIII y BIV, que son genotipos zoonóticos, ocasionaba el 36,5% (IC 95%:31,6-41,7) de estas parasitaciones. “El siguiente paso era investigar la presencia de este parásito en nuestra población infantil”, destaca Gregori.
A partir de ese punto, el equipo investigador, integrado por Zóser Saura y Miriam Villanueva, graduados por la CEU-UCH de Castellón en Medicina y Enfermería, respectivamente; Isabel Aleixandre, Antonio Real y Paula Sánchez Thevenet, profesores de Facultad de Ciencias de la Salud de la misma universidad; y Oscar Pérez Olaso y Pasqual Gregori, del Hospital Universitario de La Plana, realizaron un estudio observacional de los casos de giardiosis en menores de 15 años atendidos durante el periodo 2012-2019 en el Departamento 3 de Salud de la provincia de Castellón.
Durante esos siete años, se registraron y analizaron 190 casos de giardiosis en menores de 15 años con una tasa de incidencia (Ti) 0,9 casos/ 1.000 hab. (IC 95%: 0,8-1,1), un 55% de los cuales se produjeron en niños de 0 a 4 años, mayoritariamente entre los meses de agosto a noviembre. Los síntomas más frecuentes fueron diarrea (42%) y dolor abdominal (34%), aunque también se detectaron otros como fiebre (22%), anorexia/pérdida de apetito (16%), heces con sangre, moco y pus (10%), odinofagia/dispepsia (8%) vómitos (7%).
Malabsorción de fructosa
Destaca además que el 36 por ciento de los casos presentaron comorbilidades -cursaron simultáneamente con, por ejemplo, dermatitis atópica (12%) e intolerancia a la lactosa o a la fructosa (6%). Asimismo, el 13% de los casos presentaron coinfección con otros microorganismos como Campylobacter spp (5%), Blastocystis sp (4%) rotavirus (0,5%), entre otros y se registraron un 8% de recidivas o reinfecciones tras su tratamiento inicial. “La frecuencia de aparición se encuentra dentro de los valores esperables según lo reportado por otros estudios. Nuestra investigación describe la asociación significativa entre la presencia de este parásito y la malabsorción de fructosa, con un rol como factor agravante o desencadenante de los parásitos todavía por definir, así como la asociación entre la estación del año y el aumento del número de casos de giardiosis, que en nuestra región se da a finales del verano y principios del otoño, lo que pudiera sugerir una transmisión de origen hídrico debido al uso de aguas recreativas”, apunta el pediatra.
Tras el análisis de los resultados obtenidos, el equipo investigador concluye que la giardiosis debe ser considerada como un diagnóstico probable de patología gastrointestinal en los niños con diarrea y dolor abdominal.
Respecto a su tratamiento, apunta Gregori, “los pacientes diagnosticados de esta parasitosis deben recibir el tratamiento antiparasitario adecuado, que suele ser metronidazol en pauta estándar, y se debería realizar un control postratamiento, dado que la frecuencia de la resistencia de Giardia a metronidazol está aumentando y es necesario reconocer el fenómeno en cada área geográfica”.
Reportar la curación por reinfección
Es importante reportar la curación clínica en la historia del paciente, ya que las reinfecciones son particularmente frecuentes en menores de cinco años, “y por tanto, esto contribuiría a no confundirlas con una recidiva derivada de una resistencia o por falta de adherencia al tratamiento”.
En España, los reportes oficiales presentan solo una proporción de los casos totales, ya que no incluyen portadores asintomáticos. “Estos tienen relevancia en la dispersión de la enfermedad, con riesgo para colectivos vulnerables como niños, ancianos e individuos inmunodeprimidos”, concluye Gregori.
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