Las tensiones que oprimen a la atención primaria gallega no han aparecido con la pandemia de la covid-19. Existen desde hace años. En Galicia, los propios médicos encabezaron una revuelta que denunció la saturación de las consultas, las listas de espera, el éxodo de médicos, la falta de presupuesto y las dificultades para el acceso de los pacientes a la atención hospitalaria.
Fue una crisis a la que el Servicio Gallego de Salud (Sergas) trató de poner solución aprobando un plan que aspira a modernizar el sistema. Pero la pandemia no ha contribuido precisamente a resolver la crisis. Representantes del sector aseguran que ha evidenciado y agravado los problemas que llevaron a los médicos a salir a la palestra de la denuncia pública.
Los acuerdos de gestión (AdX, según sus siglas en gallego) de este año no parece que lleguen para apaciguar los ánimos de los profesionales. Al contrario, han echado más leña al fuego. El malestar que existía entre los facultativos ha tornado en "cólera", según la palabra utilizada por el presidente de SEMG en Galicia, Carlos Bastida Calvo: "Con estos AdX vienen a darnos la puntilla a los médicos, que estamos sobrepasados porque tenemos las mismas carencias, acrecentadas por la pandemia".
Sociedades y sindicatos coinciden en que los acuerdos no se pactan, se imponen
Estos AdX, que los médicos han recibido en las últimas semanas pero cuyo periodo de vigencia arranca el 1 de enero de este año, incluyen algunas novedades controvertidas. Se establece como objetivo vinculado al complemento de productividad variable un 60% de presencialidad en las consultas (con la pandemia, las consultas son telefónicas y el médico decide si ve o no al paciente). Asimismo, la espera máxima no debe superar los cuatro días. Otras condiciones que no gustan son la penalización por reingresos de enfermos de EPOC y cardiopatías, que haya 20 registros mensuales de pruebas como retinopatías, ecografías, espirometrías, etc, y que se realice un test de antígenos al menos al 70% de los pacientes con sospecha de covid-19.
Las tres sociedades de primaria (SEMG, Agamfec y Semergen) y los dos sindicatos profesionales médicos (CESM y Omega) coinciden en que los AdX no se acuerdan con los profesionales, se imponen; que los de este año son inviables, no dependen de los profesionales, y son "un insulto". Consideran que la intención de la Administración es convertir a los médicos en un chivo expiatorio frente a la opinión pública, tratando así de eludir su propia responsabilidad.
Semergen dice que es el Sergas el que mantiene bloqueado el sistema de cita presencial
"La gente está que muerde. Nos lo hacen cuando más debilitados estamos, cuando nos encontramos en medio de una pandemia, con las mismas plantillas que antes de la irrupción de la covid-19, con mucha más carga de trabajo, una situación de estrés y agotamiento generalizados, y con trabajo atrasado, al haber priorizado la lucha contra el virus. Plantear estos objetivos es una burla a los facultativos", asevera Mati Maceiras, delegada de Atención Primaria en CESM.
En este sentido, Daniel Rey Aldana, presidente de Semergen en Galicia, recuerda que los médicos del primer nivel asistencial siguen a más del 80% de los pacientes covid y que muchos compañeros han muerto: "No es admisible que se transmita a la opinión pública que no queremos ver a los pacientes y que, si lo hacemos, nos compensan con un incentivo económico, un incentivo que es de 90 euros al mes. Nadie va a cambiar su manera de actuar".
Agamfec: "La demora se resuelve con la inversión que durante años alimentó a hospitales"
Sociedades y sindicatos subrayan que el Sergas impuso las consultas telefónicas al comienzo de la pandemia porque no había medios de protección para facultativos y pacientes. Añaden que ahora mantiene bloqueados los sistemas para solicitar cita presencial. "Por tanto, que el 60% de las consultas sean presenciales no depende del médico. La Administración sólo tiene que autorizar que desde las centralitas de citas los usuarios puedan pedir consulta presencial", explica Rey Aldana.
La espera máxima de cuatro días es también inasumible en estos momentos, según Susana Aldecoa, presidenta de Agamfec (Semfyc en Galicia): "Las listas de espera existían antes de la pandemia porque la situación ya era crítica". Aldecoa expone las causas: una plantilla insuficiente para atender las crecientes necesidades de una población envejecida, la falta de previsión del relevo generacional, que no se hayan desarrollado las competencias de otros colectivos sanitarios y la progresiva dificultad para que los pacientes accedan al hospital.
"En definitiva, la falta de inversión", dice Aldecoa. A renglón seguido, propone las soluciones: "Las demoras se resuelven con la inversión que durante tantos años alimentó a los hospitales, no con agendas que son organizadas desde los servicios centrales; y la falta de accesibilidad, con una modernización del modelo de primaria, y no volviendo a la inmediatez mal gestionada".
Manuel Rodríguez Piñeiro, secretario general del sindicato Omega, pone el foco en la falta de profesionales: "Se ha incrementado la actividad de atención primaria porque ha asumido muchas funciones, hay bajas larguísimas y vacaciones que no se cubren. El 20% de las consultas son porque la atención hospitalaria está saturada también". Omega está recogiendo firmas entre los facultativos para dar soporte documental a su oposición a los acuerdos de gestión.
OPEs escasas y poco ágiles
Sobre las ofertas públicas de empleo (OPE), estos representantes del sector aseguran que no han sido suficientes para solventar las necesidades, entre otros motivos, porque vinieron a cubrir plazas interinas. "Se necesitan más y que sean más ágiles. Entre que se convocan y se resuelven pasa mucho tiempo", asegura Mati Maceiras.
Vuelve a haber coincidencia entre todos cuando responden sobre las actuaciones previstas en el plan de atención primaria aprobado antes de la irrupción de la covid. A tenor de sus declaraciones, continúa en papel. "En el día a día no se notan esas medidas, no las vemos", es la afirmación más repetida. Es más, señalan que la reciente creación de una Nueva Dirección General de Planificación y Reforma Sanitaria, es una prueba de ello, pues su misión es desarrollar ese plan de mejora.
Precisamente, atribuyen a la falta de implementación de algunas de esas medidas -como que no haya equipos de trabajo coordinados entre los dos niveles y centros de salud que carecen todavía de medios como retinógrafos o ecógrafos-, la imposibilidad de cumplir con los objetivos de los AdX relativos a los reingresos por EPOC y cardiopatías, y al registro mínimo de pruebas.
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