Páncreas es una palabra antiquísima ―documentada ya en textos de Aristóteles en el siglo IV a. de C.― formada por la suma de dos partículas griegas: παν, πᾶντός (pan, pantós, todo) y κρεας, κρέατος (kreas, kréatos, carne). Usamos la primera de ellas en voces tan médicas como ‘ortopantomografía’, ‘panacea’, ‘panarteritis’, ‘pancitopenia’ y ‘pandemia’; la segunda, en voces tan médicas como ‘creatina’ (así llamada por ser fundamental para la contracción de las fibras musculares), ‘creatinina’ y ‘creatinuria’.
Πάγκρεας, pues, significa «todo carne». Pero si ‘carne’ es la parte muscular del cuerpo, convendremos en que el páncreas en realidad no tiene nada de carne. Su nombre es un disparate etimológico, pero consagrado por el uso en casi todas las lenguas de cultura. En alemán, ciertamente, han buscado darle un nombre más lógico; y, así, junto al helenismo Pankreas encontramos el germánico Bauchspeicheldrüse (literalmente, algo así como «glándula salival del abdomen»). Pero casi que me quedo, la verdad, con el error consagrado.
Fernando A. Navarro
El páncreas tiene un nombre griego antiquísimo, pero que es un auténtico disparate etimológico. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3vHSuND
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