El número de agresiones a facultativos mantiene su escalada anual, solo alterada el año que se declaró la pandemia. El último dato del Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos y Médicas cifra en 843 las casos de violencia contra el médico registradas en 2022, 231 más que en 2021 y un récord en términos absolutos. Mientras, los colegios de médicos siguen pidiendo un plan nacional contra las agresiones, no se quedan parados y dan asesoría a sus profesionales agredidos con un mantra: denuncia, denuncia.
En estos días de marzo, el Colegio de Médicos de Vizcaya ha recibido la notificación de la sentencia que condena a la agresora de una médica dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Barakaldo.
El juez ha condenado a la agresora por "un delito de atentado a agentes de la autoridad" a una pena de "diez meses de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y la pena de dos meses de multa con una cuota diaria de cuatro euros, con la responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas". El colegio de Vizcaya se presentó como acusación particular en el caso en sustitución de la agredida.
Circunstancias de la agresión
Según informa la corporación, los hechos tuvieron lugar la tarde del 10 de febrero de 2020, cuando una paciente acudió al Servicio de Urgencias de Traumatología del Hospital de Cruces donde se le atendió y se le derivó a la sala de espera para ser reconocida por un facultativo de otra especialidad. La paciente, en lugar de esperar, se marchó, por lo que no pudo ser atendida y se le dio de alta por abandono.
Posteriormente, la mujer regresó exigiendo que se le entregara un informe y, como le respondieron que no se lo podían dar ya que correspondía a un facultativo de otra especialidad, entró en varias ocasiones en la sala destinada a usos médicos de Urgencias de Traumatología mostrando un comportamiento muy agresivo.
A las 00:15h. del 11 de febrero la paciente entró nuevamente en la sala y se abalanzó sobre una médica que se encontraba allí desarrollando sus funciones. La agarró del cuello por detrás, le colocó un objeto punzante y le exigió que le entregara el informe mientras le propiciaba una serie de insultos, pero sin causarle ninguna lesión. Para retener a la mujer, fue necesaria la intervención de otras compañeras y compañeros de la médica que, después de conseguirlo, avisaron a Seguridad.
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