Espara cuenta con cerca de 2.000 farmacéuticos de Salud Pública que están detrás, por ejemplo, de las alertas por fraude y posibles delitos de salud pública, como los recientes del aceite de oliva detectados en Extremadura, la listeriosis en cecina (9 de marzo) o en la carne mechada (agosto de 2019); son también responsables del control de calidad de aguas de consumo y de uso recreativo, inspecciones a comedores escolares... En definitiva, sanidad alimentaria, ambiental, gestión sanitaria e inspección y control del medicamento.
El número exacto se desconoce, porque no todos están colegiados, y quizás su papel también está en un segundo plano, pese a su implicación con el SARS-CoV-2. Trabajan en la Administración pública, a la que acceden por oposición, y hacen una "labor callada", como señala a este medio Claudio Buenestado, vocal nacional de Titulares (o Farmacéuticos en Salud Pública) del Consejo General de COF: "Fue la primera vocalía creada en el Consejo. Se llama así porque antes, para ejercer como inspector, era obligatorio tener oficina de farmacia. Y así tenían sus propios laboratorios donde realizaban las analíticas, allá por el siglo XIX. Ya se encargaban de la potabilidad del agua y del control analítico de los alimentos", aclara.
Nadie pensaría que ante la declaración de un incendio se necesite también la presencia de farmacéuticos de Salud Pública: "Cuando arde el campo, también lo pueden hacer las tuberías. Los depósitos de agua están en alto, en el monte, para dar presión, y pueden entrar cenizas y contaminar el agua". También, aunque sea duro señalarlo, se les requiere en caso de catástrofes con numerosas víctimas mortales: "Se buscan empresas que tengan capacidad de cámaras frigoríficas para introducir cadáveres. Nosotros conocemos estas empresas, porque llevamos un control".
Desde 1854
El Cuerpo de Farmacéuticos Titulares existe oficialmente desde el Decreto de 1854, mucho antes de aparecer la covid-19 y de acuñar el término One Health. Mucho antes también de hablar de la Red de Vigilancia en Salud Pública, contemplada ya en la Ley General de Salud Pública, de 2011, y no abordada en el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) del pasado 17 de marzo, pese a estar en el orden del día y pese a ser el último presidido por la actual ministra de Sanidad, Carolina Darias.
A este respecto, Buenestado indica que "no se dice claramente quiénes somos los profesionales que estamos haciendo salud pública. Sí se habla de especialistas. Y ahora mismo, los únicos especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública son los médicos, porque tienen la especialidad".
Sin embargo, matiza que la Ley General de Salud Pública, en su disposición adicional primera, ya habla de "ampliar la especialización en salud pública al resto de profesiones sanitarias". Y añade: "Una especialidad no es un capricho, sino una garantía de que la persona que está ejerciendo unas funciones tiene una formación reglada. ¿Sabes lo que cuesta formar a un inspector para que sea operativo al 100%? Más de un año".
"Vende más un trasplante que logros en salud pública como mantener a raya la disentería" (Claudio Buenestado)
Esa disposición establece que "el Gobierno modificará el Real Decreto (RD) 183/2008, de 8 de febrero, por el que se determinan y clasifican las especialidades en ciencias de la salud y se desarrollan determinados aspectos del sistema de formación sanitaria especializada". Dicho RD se ha sustituido recientemente por el RD 589/2022, de 19 de julio.
"Sería más adecuado que todos tuviéramos un tronco común en salud pública y que luego, en función de las distintas profesiones, se complementaran. Hay especialidades que son multidisciplinares, como Análisis Químico, que está abierto a médicos, farmacéuticos, biólogos...", y añade: "¿Por qué no abrir salud pública también a farmacéuticos, veterinarios y enfermeros?".
¿Están trabajando los farmacéuticos para tener su especialidad? “Yo llevo 15 años trabajándolo con todo el apoyo del Consejo General de COF, haciendo documentos, pidiéndolo... Si no lo pides, estás dejando una profesión importantísima en salud pública sin el reconocimiento que se merece. Y, sobre todo, la especialidad es necesaria para la población”.
Por ello aboga por que se les aplique el sistema de residencia como procedimiento para la formación que garantice profesionales bien formados: “Si la tienen los médicos... ¿Qué diferencia hay? Que nosotros estamos en la calle y el médico no”.
Multidisciplinar
Aclara que, en la práctica, las funciones de salud pública en las administraciones están desarrolladas, en su mayoría, por veterinarios (muy centrada en mataderos; por eso son más numerosos; les siguen los farmacéuticos (referentes en sanidad ambiental y, de forma exclusiva, en la inspección y control de medicamentos, aparte de labor técnica que realizan en seguridad alimentaria); después, los enfermeros y, como colectivo menos numeroso, los médicos.
En concreto, indica que "farmacéuticos y veterinarios se encargan más de protección de la salud: inspección y seguridad alimentaria, sanidad ambiental e inspección y control de establecimientos relacionados con el medicamento (farmacias, laboratorios, fabricantes...). Este último ámbito es exclusivo de farmacéutcos; en promoción de la salud suele haber más enfermeros, y en Epidemiología, médicos".
"Nuestra labor es muy callada, no como la asistencial. Es de prevención, con poca visibilidad" (Adoración Jiménez de la Higuera)
Justo el año del Decreto en que se regularon las funciones de los farmacéuticos de Salud Pública en España, con la creación del Cuerpo de Farmacéuticos Titulares en 1854, un médico inglés, John Snow, detectó en Londres el origen del cólera en el agua contaminada de una fuente pública de Broadwick Street (antes Broad Street). Se le considera el padre de la Epidemiología moderna. Esta es también la labor de los farmaceúticos de Salud Pública: controlar con tomas de muestra periódicas la calidad del agua de fuentes no conectadas a la red.
"La sociedad empezó a tener calidad de vida cuando se empezó a desinfectar el agua y se empezó a vacunar. Pero los logros en salud pública no se saben vender. Vende más un trasplante que el hecho de mantener a raya problemas de disentería o problemas gástricos", argumenta Buenestado.
Esto lo sabe también de primera mano Adoración Jiménez de la Higuera, farmacéutica de Salud Pública de la Junta de Andalucía: "Los responsables de las fuentes son los Ayuntamientos, que deben hacer una rotulación adecuada y un control analítico del agua, aunque nosotros hacemos controles aleatorios. Sobre todo en zonas rurales existen todavía muchas fuentes no conectadas a la red, aunque cada vez más se están potabilizando y uniendo a la red de abastecimiento controlada; pero en muchas no es posible esta conexión, el agua proviene de un manantial y no está tratada; es decir, no tiene un control sanitario, por lo que puede ser un agua muy buena y suele ser muy pura, pero no hay control".
"¿Por qué no abrir salud pública también a farmacéuticos, veterinarios y enfermeros?" (Claudio Buenestado)
En la red de abastecimiento realizan controles periódicos de desinfección y también analizan parámetros, por lo que pueden detectar agua contaminada y restringir el uso. Inspeccionan todas las instalaciones: captaciones, estaciones depuradoras, depósitos, redes de distribución, tratamientos...
Tanto en sanidad ambiental como en seguridad alimentaria los farmacéuticos funcionan a través de programas, muchos de los cuales proceden de Europa, como son los relacionados con seguridad química.
"Este mes en Andalucía estamos haciendo controles aleatorios de agua en zonas de abastecimiento para detectar parámetros como nitratos, trihalometanos, plaguicidas...Son programas que van saliendo de la Consejería de Salud, que van acompañados siempre de una toma de muestras y una analítica que hace el inspector y se deriva a nuestros laboratorios de salud pública (hay uno por provincia, aparte de laboratorios externos). También los tenemos de muestreos de alimentos, desde productos perecederos hasta controles microbiológicos o análisis de parámetros como plaguicidas en frutas y verduras, alérgenos para ver si están correctamente etiquetados...".
"En Extremadura y Andalucía los farmacéuticos de Salud Pública se integran en los equipos de primaria" (Claudio Buenestado)
Todo ello se refleja a nivel nacional en el Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC). Precisamente el pasado mes de enero el Gobierno actualizó los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro mediante el Real Decreto 3/2023 de 10 de enero.
Aparte de analizar el agua de consumo, analizan las aguas recreativas: "En las playas hacemos un control analítico de la zona de baño, de las zonas de descanso (arena...) y de este control analítico en las costas sale anualmente una evaluación de la clasificación de las playas, donde se clasifican de apta o no apta, en función de las analíticas que realizamos con muestreos quincenales desde Semana Santa", comenta. También controlan parques acuáticos, piscinas y zonas de baño continentales.
Andalucía y Extremadura
Jiménez de la Higuera señala a este periódico que solo en Andalucía hay unos 900 farmacéuticos de Salud Pública, junto con veterinarios, y se dedican a protección de la salud. "Pertenecemos a atención primaria y estamos ubicados en los centros de salud. En otras comunidades autónomas suelen estar en delegaciones provinciales o en servicios centrales. Aquí, en cada centro de salud hay como mínimo un farmacéutico y veterinario en la unidad de protección de la salud".
Comenta que hacen de todo, "pero es una función muy callada, no como la asistencial. Nuestra función es de prevención y tiene poca visibilidad", detalla Jiménez de la Higuera. Matiza que los farmacéuticos se centran más en sanidad ambiental, con el control de agua de consumo y recreativas, y los veterinarios trabajan con ellos en seguridad alimentaria.
Buenestado explica que los farmacéuticos de Salud Pública más implicados en primaria son los de Extremadura y Andalucía. ¿Por qué? "Tienen muchos farmacéuticos de Salud Pública, porque ambas comunidades, en el desarrollo de la Ley General de Sanidad, les integraron dentro de los equipos de atención primaria. Por ejemplo, en Extremadura hay más de 120 farmacéuticos, uno en cada centro de salud, y tienen un millón de habitantes. En Murcia somos 40 farmacéuticos de Salud Pública, y un millón y medio de habitantes".
"También hacemos controles de legionela en los túneles de lavados de coches, porque el agua que sale de las pistolas está aerosolizada" (Adoración Jiménez de la Higuera)
Jiménez de la Higuera detalla que en sanidad ambiental realizan también controles de legionelosis, enfermedad respiratoria causada por una bacteria (ahora ha salido un nuevo Real Decreto, que del 16 de febrero al 2 de marzo de 2023 estuvo de nuevo en periodo de consulta pública. con nuevos requisitos, como el reparto de responsabilidades): "Aquí controlamos instalaciones de riesgo: torres de refrigeración, condensadores evaporativos, instalaciones de agua caliente en hoteles, residencias de ancianos, piscinas municipales... También los túneles de lavados de coches, porque el agua que sale de las pistolas está aerosolizada; si ese agua no se ha tratado adecuadamente, ha tenido una temperatura elevada en los depósitos -la legionella vive muy bien a partir de 30 grados- y no ha tenido un tratamiento de desinfección, ese agua puede estar contaminada por legionella; y cuando esos aerosoles salen, al aspirarlo se puede coger la enfermedad". Lo mismo ocurre con las instalaciones de agua de las terrazas empleadas para refrescar, "que también controlamos nosotros".
Igualmente tienen programas de seguridad química, "donde controlamos todos aquellos productos químicos que se emplean tanto en la industria alimentaria como en la venta en droguerías, en empresas de distribución y de fabricación. Los productos químicos han de estar bien identificados y etiquetados".
Sanidad alimentaria
En cuanto a seguridad alimentaria, realizan el control de los alimentos desde su fabricación hasta el punto de venta o de servicio, en el caso de restauración, donde se incluyen comedores de instituciones: "Aquí realizamos tareas de inspección. La frecuencia va en función del riesgo del lugar. En las que el riesgo es muy alto, como residencias, guarderías... vamos tres veces al año. Aparte de inspecciones también hacemos auditorías, que tienen, a su vez,una frecuencia. Las auditorías se hacen en industrias o establecimientos de restauración mediante un estudio exhaustivo de todos los procesos implicados, que dura una semana".
Igualmente, disponen de distintos programas en los que se hacen tomas de muestras para hacer analíticas: control de metales pesados, alérgenos, contaminación microbiológica... También controlan el etiquetado de los productos que ya están en el mercado.
Jiménez de la Higuera recalca que en Andalucía cuentan con un sistema de alertas, donde siempre hay de guardia en cada provincia un farmacéutico, un veterinario y un epidemiólogo, los 365 días del año: "Si la alerta se produce fuera de nuestro horario habitual, funciona el equipo de alerta, desde las 15 horas hasta las 8 de la mañana. El fin de semana, desde las 15 horas del viernes hasta las 8 del lunes".
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