Se cumplen hoy doscientos años de la muerte, en Estocolmo, del escritor, geólogo y químico sueco Urban Hjärne, médico destacado también.
En 1658 se matriculó en Medicina en la Universidad de Upsala, pero en los años siguientes visitó también otros centros del saber en Holanda, Alemania, Inglaterra y Francia, y finalmente obtuvo el título de doctor por la Universidad de Angers (Francia) en 1670, con una tesis en latín: Obstructione lacteorum vasorum et glandularum mesenterii. En 1674 abrió consulta en Estocolmo para una clientela predominantemente aristrocrática, y llegó a ser médico personal del rey Carlos XI de Suecia y presidente del Colegio de Médicos.
De conocimientos enciclopédicos, reunió una de las mayores bibliotecas personales de Suecia (con más de 3500 títulos), fue vicepresidente del Colegio de Minería, dirigió un laboratorio químico y un jardín botánico, fabricó un elixir de plantas medicinales, y abordó también la ortografía sueca. En 1669 fue elegido miembro distinguido de la Royal Society, la Real Sociedad de Londres para el Avance de las Ciencias Naturales.
Desde joven, además, cultivó con éxito la literatura. Su obra autobiográfica Een kort berättelse och Memorial om Heerden Celadons och den ädle Herdinnans Stratonices kärleek (1666-1668) es, para algunos, la primera novela sueca y, en todo caso, la obra literaria más destacada del barroco sueco. Igual o mayor importancia aún reviste su tragedia Rosimunda (1665), primer texto notable de la literatura dramática sueca. ♦
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