"Los incendios del verano, la DANA, la pandemia o la situación de la sanidad han contribuido al deterioro de la salud mental de los empleados públicos". Entre estos empleados públicos figuran sanitarios, como denunció el sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) con motivo del Día de la Salud Mental (10 de octubre). Según señalan en un estudio, un 45 por ciento de estos empleados consume prácticamente a diario fármacos psicoactivos (ansiolíticos, antidepresivos, somníferos) para afrontar la sobrecarga o gestionar el estrés. Pero no son los únicos... No es exclusivo de la sanidad pública ni de la profesión sanitaria.
Si bien las organizaciones colegiales de médicos, farmacéuticos y enfermeros no aportan datos específicos del consumo de estos medicamentos en sus colectivos, hay referencias a los problemas de ansiedad e insomnio que sufren. El informe Paime 2023 (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo), de la Organización Médica Colegial (OMC), revela que se ha duplicado el número de médicos atendidos. En comparación con el informe previo de 2021, el trastorno mental ha sido el principal motivo de ingreso en el Paime, con un incremento de más de dos puntos (84,9%) en estos años. Desde la OMC concretan que en febrero de 2026 saldrá el siguiente estudio, del que todavía no disponen de datos.
Asimismo, el 63,1% de las enfermeras consultadas en 2024 declaró que había necesitado ayuda profesional a nivel psicológico, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfemería de España. Igualmente, un informe de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), de 2023, señaló que el 48,3% de los encuestados había destacado el impacto negativo de la falta de personal en su salud mental y bienestar.
Respecto a la población general, el Barómetro Sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de la segunda oleada del año (con datos de julio), publicado el pasado miércoles, señala que "el 17,7% de los entrevistados ha tenido necesidad de consultar en los últimos 12 meses a un profesional sanitario por un problema de salud mental, o por un malestar psicológico o emocional". Además, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, de marzo de 2024, "el consumo de antidepresivos sigue una tendencia creciente, el de ansiolíticos tiende a volver a niveles prepandémicos y el de hipnóticos y sedantes permanece estable". Asimismo, la Encuesta Edades 2024 señala que "a pesar de que los tranquilizantes y somníferos deben tomarse con prescripción médica, el 4% de la población de 15 a 64 años declaró haberlos consumido sin receta alguna vez en la vida".
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