La enfermedad renal crónica tiene un impacto considerable tanto en los sistemas sanitarios como en la salud y calidad de vida de los pacientes, por lo que las mejoras en derivación, formación y coordinación en esta patología son muy necesarias. Las unidades de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) han supuesto una mejora en su manejo, pero sigue habiendo diversos retos pendientes en este campo, que se han analizado en un debate organizado por Diario Médico en colaboración con Fresenius Medical Care.
La prevalencia de la enfermedad renal crónica oscila entre el 10-15% de la población española adulta, según datos de los estudios Epirce y Enrica. “Es decir, afecta a una población de entre 4,7 y 7 millones de personas mayores de 18 años. Lo más importante es que un porcentaje significativo de ellos no saben que tienen la enfermedad”, alerta Patricia de Sequera, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Infanta Leonor, de Madrid, y presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
Otro dato relevante que destaca es el número de pacientes en estadio 5 de la enfermedad renal, es decir, en diálisis o trasplante: en 2020, su prevalencia era de 1.300 por millón de habitantes, y 64.666 personas estaban en tratamiento renal sustitutivo.
Para Daniel Gallego, presidente de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer), estos datos “son abrumadores: hay más pacientes renales que parados y esos pacientes no son conscientes de su enfermedad hasta que es demasiado tarde”. Desde 2020, la patología está entre las 10 causas de mayor mortalidad, y “las previsiones son que en 2040 esté entre las cinco primeras. Queremos políticas de salud con prevención y diagnóstico precoz, y llegar a la población general y a grupos de riesgo como diabéticos o hipertensos”.
Juan Francisco Pulido, presidente de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (Seden), califica la situación como “preocupante”. Muchos pacientes “no saben que tienen enfermedad renal y, además, no podemos llegar a ellos porque no se hacen políticas de prevención. Y es tan sencillo como hacer un análisis de creatinina en sangre”.
Cribado desde los 50
Otro aspecto que subraya Pulido es que la gran mayoría de estos pacientes tienen más de 50 años, por lo que “es imprescindible recordar que el riñón debe incluirse en todas las revisiones y chequeos que se realizan a partir de esa edad”.
Las soluciones, según De Sequera, pasan por proporcionar más información y concienciación, de la misma manera que se ha hecho con otras enfermedades, como el cáncer, porque, como recuerda, “la supervivencia del paciente en diálisis es inferior a, por ejemplo, la de los pacientes con cáncer de colon”.
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Por su parte, De Sequera opina que el paciente está cada vez más informado y reclama más datos. “La aparición de las consultas de ERCA y la acreditaci
Pese a su impacto en los sistemas de salud y en la calidad de vida de los pacientes, el manejo de esta enfermedad tiene un amplio campo de mejora.OffJavier Granda RevillaOff
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