Los niveles de hemoglobina (Hb) en sangre pueden alertarnos sobre el riesgo que tienen nuestros pacientes de tener una de las complicaciones más frecuentes en la Enfermedad Renal Crónica (ERC), la anemia renal.
Existen muchos tipos de anemia, pero una de ellas, menos conocida, es la anemia renal, causada por una disminución de la producción de eritropoyetina (EPO), la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos a nivel de la médula ósea.
La hemoglobina (Hb) es una proteína de los glóbulos rojos cuya función es la de transportar oxígeno en nuestro organismo, de tal manera que, cuando los niveles de Hb son bajos, los glóbulos rojos no son capaces de transportar suficiente oxígeno a los tejidos y aparece la anemia.
Existe una relación estrecha entre la anemia y la ERC, ya que la anemia es una de las complicaciones más frecuentes en los pacientes que viven con esta enfermedad.
La ERC, a pesar de ser una enfermedad poco conocida, afecta al 15% de la población, es decir, uno de cada siete españoles vive con esta enfermedad1.
Los profesionales sanitarios consideran que la Enfermedad Renal Crónica es un problema de salud pública cada vez mayor, ya que lamentablemente se espera que en 2040 se convierta en la quinta causa de muerte a nivel mundial y la segunda en España2.
El principal problema de la ERC es que se considera una enfermedad silente, ya que al principio no suele presentar síntomas. Sin embargo, a medida que progresa, puede aparecer hinchazón en las piernas, sensación de cansancio, vómitos, pérdida de apetito… además de otras complicaciones como enfermedades cardíacas o la anemia renal3.
Lo que sucede en la ERC es que los riñones de estos pacientes pierden función renal y no son capaces de filtrar la sangre correctamente, desencadenando la acumulación de metabolitos en nuestro organismo4.
Según un estudio publicado en 2022, la prevalencia de la anemia aumenta a medida que se deteriora la función renal, pasando de un 26,3 y un 32,8% en estadios 3a y 3b, hasta del 71,8-73,4% en pacientes ERC no dializados en estadio 5. En el caso de los pacientes renales dializados la prevalencia puede llegar hasta el 91%5.
¿Qué puede ocurrir al cruzar la línea roja?
Como hemos mencionado anteriormente, en la ERC los riñones no funcionan adecuadamente, por lo que la producción de EPO a nivel renal no es suficiente.
Como los niveles de EPO son bajos, las señales que recibe la medula ósea para producir glóbulos rojos sanos capaces de transportar oxígeno a los tejidos tampoco serán adecuadas, lo que desencadena la anemia renal, causando diferentes síntomas e impactando directamente en la calidad de vida de los pacientes6.
La línea roja pretende señalar un límite que debemos evitar cruzar, porque si lo hacemos nuestra calidad de vida podría verse afectada. Esto es lo que les ocurre a los pacientes que viven con Enfermedad Renal Crónica (ERC). Su salud se verá afectada si sus valores de Hb en sangre se encuentran por debajo de los niveles normales.
Cruzar esta línea puede tener importantes consecuencias en su calidad de vida, ya que la anemia renal puede tener un gran impacto en su salud. Los principales riesgos son:
- Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular
- Mayor riesgo de infección
- Mayor riesgo de alteraciones cognitivas
Síntomas de alarma que conviene vigilar
Los síntomas más frecuentes que ayudan a identificar la anemia renal son:
- Piel pálida
- Fatiga
- Dificultad para respirar
Hay otros síntomas como los mareos, el dolor en el pecho, debilidad e incluso depresión y ansiedad. Todos ellos se deben a los niveles bajos de Hb en sangre, lo que provoca que no llegue suficiente oxígeno a todos los tejidos de nuestro organismo.
¿Qué es la Hb y por qué es tan importante?
La hemoglobina (Hb) es una proteína que está presente en los glóbulos rojos y es la encargada de transportar el oxígeno a los tejidos del organismo. Cuando no hay suficiente hemoglobina, los glóbulos rojos no pueden transportar oxígeno a los tejidos y puede aparecer la anemia7.
¿Qué valores de Hb se asocian a la anemia?
- Mujeres: < 12 g/dL
- Hombres: < 13 g/dL
Ser paciente de ERC y tener la concentración de Hb en sangre por debajo de los valores recomendados puede suponer un riesgo: desarrollar anemia renal.
Por eso es muy importante que las personas que viven con esta patología eviten cruzar la línea roja de la anemia renal (representada por esos valores de Hb en sangre), tomen conciencia de la importancia de controlar sus valores periódicamente y, si tienen síntomas, lo comuniquen a su equipo médico.
Existe una estrecha relación entre los síntomas de la anemia y los niveles de Hb 3,8
- Mareos y problemas de concentración: podrían ser un signo de que el cerebro no está recibiendo suficiente oxígeno, puesto que el nivel de glóbulos rojos y, por tanto, de Hb, es bajo.
- Palidez: puede aparecer debido a un menor flujo sanguíneo o por la reducción del número de glóbulos rojos circulantes.
- Dificultad respiratoria: es posible que no llegue suficiente oxígeno a todos los tejidos a través de la sangre debido a la anemia y a esos valores bajos de Hb por lo que, mediante el aumento del ritmo respiratorio, el organismo trate de compensarlo.
- Fatiga: la debilidad puede deberse a que los músculos no están recibiendo el suficiente oxígeno para la realización de las distintas actividades de la vida cotidiana.
- Dolor de pecho y palpitaciones: la anemia puede producir un incremento del riesgo de problemas cardíacos. Esto es debido a que el corazón trata de trabajar y bombear sangre con más fuerza para proporcionar sangre a todo el organismo. Por eso, debemos acudir al médico si sentimos que el ritmo cardíaco es diferente al habitual.
Un diagnóstico precoz es vital para evitar cruzar la línea roja
La anemia renal no cuenta con una prueba específica como es el caso de otros tipos de anemia, por tanto, acudir al médico y realizar revisiones periódicas es fundamental.
Por esta razón, compañías como GSK están comprometidas con visibilizar esta complicación tanto entre pacientes como en profesionales sanitarios. Su objetivo es concienciar sobre la importancia de acudir al médico y de realizar un diagnóstico a tiempo para evitar cruzar la línea roja de la anemia renal.
Un examen físico puede revelar signos de anemia como piel pálida, fatiga y dificultad para respirar. A su vez, determinados antecedentes médicos pueden revelar factores de riesgo de anemia como enfermedades renales, cáncer o trastornos sanguíneos. Por último, la realización de un análisis de sangre puede confirmar la anemia mediante el estudio de los niveles de Hb en sangre.
Primero se descartarán los demás tipos de anemias, para lo que se realizará un hemograma completo y además se evaluará el perfil férrico, así como los niveles de vitamina B12, ácido fólico y hormonas tiroideas entre otros. A continuación, se analizará la función renal tras sospecha.
A pesar de que la calidad de vida de una persona con anemia renal disminuye, la buena noticia es que, con el tratamiento adecuado e individualizado, se puede recuperar.
A la Enfermedad Renal Crónica se la conoce como la epidemia silenciosa, ya que es muy prevalente en la población (1 de cada 7-10 adultos la presentan) pero la mayoría lo desconoce. Por ello, lo más urgente es dar visibilidad a esta patología y que la sociedad, los médicos y las autoridades sanitarias tomen conciencia de su importancia.
Para más información, consulta con tu médico.
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Referencias
1. Gorostidi M, Sánchez-Martínez M, Ruilope LM, Graciani A, de la Cruz JJ, Santamaría R, et al. Prevalencia de enfermedad renal crónica en España: impacto de la acumulación de factores de riesgo cardiovascular. Nefrología. 2018 Nov;38(6):606-15.
2. Ortiz A, Asociación Información Enfermedades Renales Genéticas (AIRG-E), European Kidney Patients’ Federation (EKPF), Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo (FRIAT), Red de Investigación Renal (REDINREN), Resultados en Salud 2040 (RICORS2040), Sociedad Española de Nefrología (SENEFRO) Council, Sociedad Española de Trasplante (SET) Council, Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Roger M, Jiménez VM, Perez JCR, Furlano M, et al. RICORS2040: the need for collaborative research in chronic kidney disease. Clin Kidney J. 2022 Feb 22;15(3):372-87.
3. Anemia: tipos, síntomas y tratamiento. Clínica U. Navarra [Internet]. [cited 2022 Oct 20]. Available from: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/anemia
4. Atkinson MA, Warady BA. Anemia in chronic kidney disease. Pediatr Nephrol. 2018 Feb 1;33(2):227-38.
5. Cases A, González de Antona Sánchez E, Cadeddu G, Mata Lorenzo M. Epidemiología y tratamiento de la anemia renal en España: estudio retrospectivo RIKAS. Nefrología. 2022 May;S0211699522000789.
6. Babitt JL, Lin HY. Mechanisms of Anemia in CKD. J Am Soc Nephrol JASN. 2012 Sep 28;23(10):1631-4.
7. Cases A, Egocheaga MI, Tranche S, Pallarés V, Ojeda R, Górriz JL, et al. Anemia en la enfermedad renal crónica: protocolo de estudio, manejo y derivación a Nefrología. Nefrología. 2018 Jan;38(1):8-12.
8. Preventing Chronic Kidney Disease | NIDDK [Internet]. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. [cited 2022 Oct 17]. Available from: https://www.niddk.nih.gov/health-information/kidney-disease/chronic-kidney-disease-ckd/prevention
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