Es una realidad que, en los últimos años, las enfermedades alérgicas están aumentando. Se estima que este incremento puede estar relacionado, entre otros aspectos, con una reducción de la exposición microbiana temprana. Y es que la microbiota intestinal tiene un papel determinante en el desarrollo de la respuesta inmune y, por lo tanto, su composición puede afectar al riesgo de desarrollar una enfermedad alérgica e infecciones.
Una de las causas más frecuentes de alergia alimentaria en niños pequeños es la alergia a proteínas de leche de vaca, también conocida como APLV. Puede darse por diversos factores, entre los que destacan los ambientales, genéticos o el tipo de parto.
La prevalencia de esta patología en los niños y niñas menores de 2 años es de algo más de 0,50%, y su evolución suele ser favorable. Este tipo de alergia, con el tiempo desaparecía de forma natural, cuando los pequeños iban desarrollando tolerancia a las proteínas de leche de vaca. Sin embargo, se está observando que actualmente esta situación persiste, por lo que es necesario buscar métodos alternativos para alcanzar esa tolerancia.
Cómo conseguir el desarrollo precoz de la tolerancia
El tratamiento principal sigue siendo el tratamiento pasivo; o en otras palabras, la suspensión completa de leche de vaca y derivados que se sustituye por otras formulaciones. Antes, la estrategia era únicamente evitar la proteína de vaca causante de la enfermedad. Hoy día, se tiende a tratar de promover el desarrollo precoz de la tolerancia a la leche de vaca y mejorar, así, la calidad de vida de los más pequeños.
“Este asunto es de vital importancia, ya que la adquisición de una tolerancia precoz, sobre todo en aquellos pacientes con cuadros clínicos graves, supondría un importante impacto en la calidad de vida del niño y sus familiares al poder eliminar las restricciones alimentarias, así como evitar el riesgo de sufrir una reacción accidental potencialmente grave", explica el doctor Gonzalo Botija, miembro de la sección de Nutrición Pediátrica en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón. Para conseguir esta tolerancia se incluyen productos lácteos horneados, inmunoterapia oral, simbióticos, prebióticos o probióticos, entre otros.
La fórmula de aminoácidos con simbióticos
Para avanzar en la prevención y tratamiento de este tipo de alergias, se han llevado a cabo varios estudios. Así, el ensayo clínico “Estudio Presto”, elaborado por Nutricia, la marca de nutrición clínica de Danone, ha evaluado el desarrollo de la tolerancia a la leche de vaca en lactantes centrándose en el tratamiento con fórmula de aminoácidos con simbióticos (AAF) como puede ser Neocate Syneo, su fórmula de aminoácidos (AAF) para lactantes con APLV. En este sentido, el doctor Gonzalo Botija recuerda que este tipo de formulaciones son las únicas que eliminan totalmente cualquier tipo de alergenicidad residual.
Los resultados de este ensayo clínico sugieren que en lactantes con APLV mediada por IgE el desarrollo de tolerancia tras el uso de una fórmula a base de aminoácidos suplementada con simbióticos es superior al publicado en estudios previos con AAF (45% vs <20%), cercana a la que se consigue con la Fórmula Extensamente Hidrolizada (FEH). Además, hay un menor riesgo (un 55% menos) de infecciones que requieran la hospitalización del pequeño.
Es más, el “estudio Presto” demuestra que los simbióticos reequilibran la microbiota intestinal en niños con APLV, pareciéndose más a la de lactantes sanos alimentados con leche materna. “Los simbióticos son una combinación de prebióticos (sustratos para el crecimiento de bacterias beneficiosas) más probióticos (bacterias vivas que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud). Esta mezcla de prebióticos y probióticos se asemeja a la composición de la leche materna humana y evitan la aparición de disbiosis”, comenta el doctor Tomás Chivato, catedrático y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo y especialista en Alergología y vicepresidente de Educación y Especialidad de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica.
Así, el uso de fórmulas de aminoácidos suplementada con simbióticos puede condicionar la modificación de la microbiota intestinal a medio plazo. Eso significaría, explica el doctor Ricardo Torres, del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Salamanca, “una disminución de la presencia de infecciones en los primeros meses de vida y la disminución del uso de antibióticos”.
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