La innovación y los avances en investigación farmacéutica han hecho que muchos de los medicamentos que actualmente integran el arsenal terapéutico tengan un valor clínico incalculable, dignos de ser custodiados en cualquier caja fuerte de altísima seguridad. Sin embargo, todo ese valor que aportan a los pacientes precisa de un uso seguro y eficiente, un uso que ayude a reducir errores y problemas prevenibles. Tal es la importancia de la seguridad clínica y del uso sin riesgos de la medicación que ha sido uno de los asuntos en los que se ha ahondado durante el 67 Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), celebrado en Barcelona del 24 al 26 de noviembre.
En este foro, no solo se ha puesto de manifiesto la importancia de avanzar hacia una medicación "sin daño", sino que además se han dado cifras sobre esta cuestión en el ámbito hospitalario y se han lanzado recomendaciones centradas en cómo avanzar en la implementación de prácticas seguras en el uso de fármacos y en cómo prevenir errores.
Sobre por qué esta cuestión tiene una importancia capital, Edurne Fernández de Gamarra, presidenta del Comité del 67 Congreso de la SEFH, explica: "La seguridad clínica es una cuestión trasversal que afecta a todos los procesos asistenciales. Incluye muchos aspectos, como la identificación correcta de pacientes o las cirugías seguras, pero uno de los retos más importantes que tiene es el uso seguro de los medicamentos. Es una prioridad en la que debemos trabajar".
Escenario actual
Para hacer frente a este reto y conocer el grado de implantación de prácticas seguras de utilización de medicamentos dentro de los hospitales españoles, durante el congreso se han presentado los resultados de un estudio que arroja datos relevantes sobre esta cuestión.
María José Otero, jefa de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Salamanca y directora del Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP -España), ha sido la encargada de presentar el desarrollo y las conclusiones de este estudio, realizado por el Grupo de Trabajo de Seguridad Clínica de la SEFH (al que también pertenece Otero) y el ISMP-España con la colaboración del Ministerio de Sanidad. Según ha explicado a este periódico, la base para la obtención de datos ha sido la cumplimentación de un cuestionario de autoevaluación por parte de los centros que se ofrecieron voluntariamente a participar entre octubre de 2021 y septiembre de 2022.
La SEFH destaca que la seguridad clínica "es una cuestión transversal que afecta a todos los procesos asistenciales"
"El cuestionario consta de 265 puntos de evaluación que representan prácticas o medidas concretas destinadas a prevenir los errores de medicación, y su cumplimentación se debe realizar por un equipo multidisciplinar que conozca los procedimientos de utilización de los medicamentos en los diferentes servicios o áreas del hospital. En este estudio han participado 131 hospitales de 15 autonomías, que pensamos que en conjunto pueden constituir una muestra representativa de los hospitales españoles", ha señalado.
También ha explicado que este cuestionario es la actualización de otro que se utilizó en estudios realizados en 2007 y 2011 que ya buscaban ahondar en esta cuestión.
¿Qué concluye?
Tras analizar los datos obtenidos, Otero ha afirmado a CF que los resultados preliminares indican que "se han producido avances apreciables en el grado de implantación de algunas prácticas seguras en los hospitales, pero que hay aún un amplio margen de mejora". Entre las conclusiones, ha destacado que se observan, por ejemplo, progresos en la incorporación de la prescripción electrónica asistida y del registro electrónico de administración, "aunque todavía falta para que su implantación sea completa", al igual que en las prácticas referentes al etiquetado y envasado de los medicamentos en los hospitales, y en el desarrollo de programas calidad y gestión de riesgos. "Por otra parte, se ha encontrado que numerosas medidas de eficacia probada que están recomendadas por la OMS y por organismos de seguridad siguen estando escasamente implantadas en nuestro país, probablemente porque precisan cambios organizativos, recursos humanos y tecnológicos", ha añadido.
Junto a esto, ha destacado que "presentaron un grado de implantación bajo diversas medidas dirigidas a mejorar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo y las prácticas de conciliación de la medicación para evitar los errores en las transiciones asistenciales", y que "también mostraron valores bajos medidas referentes a la competencia y formación de los profesionales sanitarios en prácticas de reducción de errores, y a la educación a pacientes y personas cuidadoras sobre medicamento; pilares esenciales para la OMS".
Demandan que haya una mayor incorporación de los farmacéuticos clínicos dentro de los equipos asistenciales
También ha insistido en que "una vez más" se ha revelado que "la incorporación de los farmacéuticos clínicos a los equipos asistenciales es muy escasa", al igual que "la implantación en los hospitales de nuevas tecnologías que permitan una trazabilidad total" en todo el circuito del fármaco.
"Creemos que el estudio da información importante sobre la evolución de las prácticas seguras de medicamentos en los hospitales españoles y pone de manifiesto la gran complejidad y las dificultades que existen para incorporar las prácticas seguras en la realidad asistencial", ha resaltado Otero, quien ha concluido con una reflexión: "Es preciso seguir trabajando, alineados con el Plan de Acción Mundial para la Seguridad del Paciente 2021-2030, marcado por la OMS, con el fin de lograr que la utilización de los medicamentos en nuestros hospitales esté exenta de riesgos. En este sentido, nuestro Grupo de Trabajo de Seguridad Clínica de la SEFH ha publicado recientemente un documento de posicionamiento con un decálogo de propuestas prioritarias en las que centrar las iniciativas de mejora".
En las UCI
También durante el 67 Congreso de la SEFH se han presentado los resultados de otro trabajo, denominado Proyecto Prevemed, centrado en la prevención de errores de medicación en unidades de cuidados intensivos (UCI). La presentación del método empleado y de los resultados del mismo la ha realizado Silvia Manrique, farmacéutica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid) e integrante del equipo que ha llevado a cabo el trabajo.
Según ha explicado a este periódico, "lo que persigue el estudio es conocer el grado de implantación de sistemas para la prevención de errores de medicación en las UCI de los hospitales de España", tanto en unidades de adultos como pediátricas y neonatales, con el fin de "poder elaborar recomendaciones para promover el desarrollo de prácticas efectivas que mejoren la seguridad" en los sistemas de utilización de fármacos.
A su juicio, la vulnerabilidad de los pacientes críticos, sobre todo en el caso de niños y neonatos, demanda que se ponga el foco especialmente en este colectivo a la hora de hablar de cómo mejorar la seguridad clínica. "Las propias características de estos pacientes hace que sean uno de los colectivos que más puede beneficiarse de intervenciones y mejoras de seguridad", ha señalado.
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