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martes, 8 de noviembre de 2022

Así hablan los pacientes (y II): en la vida real

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Mar, 08/11/2022 - 11:28
La jerga de los pacientes
Los pacientes tratan de contar lo que les pasa como mejor saben y pueden.
Los pacientes tratan de contar lo que les pasa como mejor saben y pueden.

Les contaba en otra ocasión que los médicos, cuando tratan de remedar la jerga popular de los pacientes, suelen exagerar los tecnicismos médicos incorrectamente reproducidos (almorroides, analís, caticardias, depositorios, quíster, trompos…). La auténtica jerga de los pacientes suele ser muy distinta; a veces, aún más difícil incluso de entender, pero no porque distorsionen los tecnicismos médicos, no, sino porque, en ocasiones, hay personas que se explican de pena (o directamente no se explican en absoluto). La principal dificultad radica en el hecho de que los pacientes, como es lógico, no han asistido a las clases de la facultad de medicina y, por tanto, no dicen lo que viene en los libros ni en el orden en que viene en los libros; tratan de contar lo que les pasa como mejor saben y pueden.

Imagine el lector que es un médico de cabecera, pregunta a su paciente qué le pasa y este le responde: «Mire, doctor, es que estoy que no estoy». ¿Entendería bien lo que ha querido decirle? Reproduzco a continuación otras tres docenas de frases reales de pacientes recopiladas por mi tocayo Fernando Fabiani, médico de familia, en la cuenta de Twitter @dijoelpaciente:

―Cuando respiro hondo, me duele para dentro.

―Cuando vine el otro día, traía media pulmonía; hoy la traigo entera.

―El pinchazo me ha hecho efecto en todo el cuerpo menos donde me dolía.

―Es que a mí en vez de dentro para fuera me operaron de fuera para dentro.

―Estoy a punto de entrar en la fibromialgia.

―Estoy como el Hipercor, que tengo de todo.

―Estoy toda la noche como el CSI, dando vueltas a la cabeza.

―Estoy tomando hierro para el hierro.

―Han cortado diez árboles para los pañuelos para mis mocos.

―La pérdida de visión me ataca las uñas de los pies.

―Me duele desde aquí hasta aquí y todo esto de aquí y de aquí.

―Me duele la cabeza por la parte de las venas.

―Me duele la sangre en la carne.

―Me duelen hasta los huesos del alma.

―Me salen garbanzos en los muslos.

―Mientras me tomaba el calcio, no me he caído nunca, y ahora que lo he dejado, he estado a punto... Claro, con los huesos más débiles...

―Mis mocos tienen color, no es agua.

―No me duele la cabeza, me duele el pensamiento.

―No recuerdo si era fascitis o tendinitis, pero era una palabra así, italiana.

―Parece que respiro huevos hirviendo.

―Parece que tengo metido un muñeco de goma en el pecho.

―Se está muriendo gente que no se muere nunca.

―Se me da la vuelta el corazón como un calcetín.

―Se me salta la sangre.

―Siento como que se me desvanece la mano.

―Tengo el dedo del pie como una gamba rebozada.

―Tengo el oído como si estuvieran friendo dentro.

―Tengo ganglios de moco en los oídos.

―Tengo las venas de la cabeza como dedos gordos.

―Tengo más bultos que una bicha harta de castañas.

―Tengo muy gorda la telilla de los mocos.

―Tengo problemas de memoria y no me acuerdo de lo que se me olvida.

―Tengo un dolor de muelas, pero en la costilla.

―Tengo una cargación en la nariz.

―Toso como un perro mojado.

―Yo es que tengo muchos tendones.

Fernando A. Navarro

Los pacientes, como es lógico, no han asistido a las clases de la facultad de medicina y, por tanto, no dicen lo que viene en los libros ni en el orden en que viene en los libros. Off Fernando A. Navarro Off

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