Los premios IgNobel, al contrario de los que entrega anualmente la academia sueca, nunca defraudan. Desde 1991, estos galardones satíricos que "primero te hacen reír y luego te hacen pensar" y otorga la revista Annals of Improbable Research, han premiado todo tipo de investigaciones y estudios científicos, a cual más delirante: desde la evolución de la barba como protección frente a los puñetazos en la cara, hasta las probabilidades de que Mijail Gorbachov fuera el Anticristo.
Año tras año, los responsables de la selección parecen superarse a sí mismos, y los elegidos para participar en la ceremonia de entrega de premios de 2022 son todo un festival de ideas tan ingeniosas como aparentemente absurdas. Como siempre, conviene rascar la superficie tras el chiste fácil para encontrar auténticas joyas en campos tan diversos como la economía, la biología o la ingeniería, pero también echarse unas risas a costa de lo absurdos o incomprensibles que pueden llegar a ser algunos estudios.
Así, unos ingenieros japoneses han sido premiados este año "por tratar de encontrar la forma más eficiente de usar los dedos para girar el pomo de una puerta". Desde 1999, Goro Imura y su equipo han evaluado las mejores maneras de realizar un movimiento tan simple en función del tamaño de la mano. 32 voluntarios de 19 y 20 años con dedos de distintas medidas han participado en el estudio, que pretende optimizar el diseño de estos complejos mecanismos para mejorar su confort y funcionalidad.
Ningún pomo ha sido dañado durante la realización de esta investigación.
El premio IgNobel de Literatura, por su parte, ha ido a parar a Eric Martínez, Francis Mollica y Edward Gibson, por "analizar qué hace que los documentos legales sean tan difíciles de entender". Para ello, estos profesores del departamento de Ciencias Cognitivas y del Cerebro del MIT han analizado más de diez millones de palabras extraídas de contratos y otros jeroglíficos legales, y han llegado a la conclusión de que tienen una proporción "sorprendentemente alta" de características que los hacen difíciles de entender. La culpa la tienen términos procedentes de la jerga legal, cláusulas ocultas en oraciones interminables, verbos pasivos y el uso inapropiado de mayúsculas y minúsculas. Sí, los textos legales son tan difíciles de entender como la letra de algunos médicos.
Comer helado para...
Y hablando de médicos, el IgNobel de Medicina de 2022 ha ido a parar al equipo liderado por Emilian Snarski, del departamento de Hematología de la Universidad Médica de Varsovia, "por demostrar que cuando los pacientes se someten a ciertos tipos de quimioterapia sufren menos efectos secundarios si se les da helado". La investigación, publicada en Scientific Reports, analizaba algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia, especialmente los referidos a los daños que produce en la mucosa oral. Como una de las estrategias más efectivas utilizadas para reducirlos es la crioterapia, los autores del estudio utilizaron una pequeña muestra de 74 pacientes para demostrar cómo tomar helado reduce estos efectos secundarios y, por lo tanto, podría adoptarse como un método económico y fácil de implementar. Así, los helados ya no servirán solo para refrescarse o darse un atracón y ahogar las penas frente a la televisión, como estamos hartos de ver en las películas americanas.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/QsG14bE
No hay comentarios:
Publicar un comentario