Los beneficios de los medicamentos trascienden la salud y se extienden a otros ámbitos que derivan en un ahorro de costes socio-sanitarios y un impulso de la economía. El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social 2024, de la Fundación Weber y Farmaindustria, trata cuantificar el impacto positivo de los nuevos tratamientos en parámetros rara vez medidos en los ensayos clínicos.
Este amplio documento, basado en una revisión de la literatura científica y en fuentes de datos de la propia industria y públicas, como el INE, se presentó en Madrid en una jornada en la que se escuchó la voz de la patronal, la Administración, los pacientes y el mundo de la investigación.
En Farmaindustria prefieren que al hablar de medicamentos se hable de inversión más que de gasto. Los nuevos medicamentos aumentan la esperanza de vida y mejoran la salud y el bienestar de la población, evitan hospitalizaciones y liberan recursos sanitarios, posibilitan la vuelta al trabajo y pueden reducir la necesidad de cuidados personales por parte de familiares y cuidadores formales. "El valor de los nuevos medicamentos no es solo para el que los percibe, sino para todo su entorno y para la sociedad", señala el presidente de la Fundación Weber.
El informe está plagado de ejemplos del beneficio social de los nuevos medicamentos, y uno de los más claros son las vacunas. En España se estima que por cada euro invertido en vacunación infantil se ahorran 22 euros en gastos directos e indirectos. Así, con los 94 millones de euros que se destinaron a estas vacunas en 2016 se ahorraron 2.068 millones de euros.
Además, un trabajo sobre la vacuna de la covid-19 en España revela que por cada euro invertido en estas vacunas se consigue un retorno de 1,4 euros para el sistema y de 3,4 euros para la sociedad.
Estudios de Lichtenberg
El economista Frank Lichtenberg, profesor de la Columbia Business School, es una de las personas que más ha investigado el valor que aportan los nuevos medicamentos a la sociedad. Según sus datos, el coste de adquisición en Estados Unidos de los medicamentos innovadores aprobados entre 1984 y 1997 ascendió a 42.000 millones de dólares, lo que reportó una reducción de 110.000 millones en costes de hospitalización.
En otro estudio Lichtenberg analiza el impacto que ha tenido la innovación farmacéutica sobre la esperanza de vida en 26 países, España incluida, y concluye que entre el año 2000 y el 2016 aumentó en 1,74 años, y un 73% de este aumento se debió a la innovación farmacéutica.
Uno de sus trabajos que analiza el impacto de los nuevos oncológicos en España revela que son responsables del 96% de la mejora en la esperanza de vida de los pacientes.
VIH y fibrosis quística
Por enfermedades, dos ejemplos paradigmáticos de la aportación de los nuevos medicamentos son el VIH y la fibrosis quística. Se calcula que desde que los antirretrovirles e aprobaron en los 90 han evitado 21 millones de muertes en el mundo y 122.000 en España.
En fibrosis quística, donde la esperanza de vida era de 40 años, las nuevas terapias han conseguido un aumento en 30 años.
Los beneficios sanitarios de los medicamentos están íntimamente relacionados con su impacto social, recuerda el presidente de Farmaindustria, Jesús Ponce: "Poner los fármacos al servicio de la sociedad contribuye a reducir las desigualdades sociales, fortalece las redes familiares a través de la reducción de la carga de cuidados y, lo que es más importante, empodera a los pacientes para tomar decisiones en salud".
El informe también recoge ejemplos de los ahorros generados por la mejora de la adherencia a los tratamientos farmacológicos, "un tema en el que Farmaindustria ha trabajado durante bastantes años", expone Juan Yermo, director general de la patronal. "Hay datos muy impactantes, como que aumentando 10 puntos porcentuales la tasa de adherencia en cuatro patologías, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la EPOC y la depresión mayor, se conseguirían ahorros de 500 millones de euros".
Impacto económico
Farmaindustria defiende que dentro del valor social del medicamento hay que incluir la contribución de la industria farmacéutica a la generación de riqueza del país y como motor de la economía.
Así, el sector genera más de 51.000 puestos de trabajo directos en España, de los que el 60% son trabajos cualificados. Hay estudios que estiman que por cada empleo directo que se genera en el sector farmaceutico se generan entre tres y cinco empleos indirectos o inducidos.
Además, es un referente en I+D+I. En 2022 la industria farmacéutica invirtió en España más 1.400 millones de euros, un 23% más que en 2018. Es el segundo sector que más invierte en esta partida, y 8 de cada 10 empresas del sector hacen innovación, frente al promedio de 2 de cada 10 del conjunto de la industria.
Momento de cambio normativo
Farmaindutria presentó el informe en un momento clave en el debate sobre la incorporación del valor social de los medicamentos en el Real Decreto de evaluación de tecnologías sanitarias. Yermo confía en que también se vea adecuadamente reflejado en el próximo RD de Precio y Financiación y la futura reforma de la Ley de Garantías: "Esperamos que sean un antes y un después en reconocer el valor social de los medicamentos".
Agencias reguladoras como neerlandesa y la sueca ya tienen en cuenta estas variables en la evaluación de medicamentos, y otras, como la canadiense, se encuentran en proceso de incorporar esta perspectiva, apunta Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria. "La perspectiva social es la única que garantiza una evaluación completa de los costes y beneficios", afirma. "Si la información del evaluador es parcial, porque no están todos los campos en los que el medicamento aporta valor, no se estará haciendo una buena evaluación".
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