Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia ha combinado por primera vez dos técnicas -exenteración pélvica total y hemipelvectomía interna- para casos complejos de cáncer pélvico, logrando salvar la funcionalidad de las piernas a un paciente afectado por un condrosarcoma que no respondía a los tratamientos convencionales.
En la exitosa intervención, realizada hace unos meses, se procedió a extirpar al paciente todos los órganos y tejidos de la pelvis, incluyendo el aparato reproductor, la vejiga y el recto, así como parte de la cadera. La operación duró casi un día entero y movilizó tanto a facultativos como a personal de enfermería, TCAE y celadores de siete especialidades: coloproctología, urología, cirugía plástica, cirugía de pared abdominal, cirugía ortopédica y traumatología, cirugía vascular y anestesia y reanimación.
Según explica Francisco Baixauli, jefe del Servicio de COT de La Fe, hace aproximadamente un año “se nos remitió un paciente de otro centro considerado completamente inoperable”. Se trataba de un caso de condrosarcoma, “que se iniciaba a nivel del hueso de la pelvis e invadía toda la parte interior de la misma, afectando a todos los órganos internos”.
En concreto, abarcaba la estructura ósea por la que pasan los principales vasos sanguíneos y nervios de los miembros inferiores, pero también al sistema reproductor, urinario y, en parte, digestivo. En esa situación, “nos reunimos una serie de especialidades y valoramos que podía ser viable una cirugía de salvamento de este paciente”. El caso, expuesto en el Comité de Tumores de la Fe, recibió finalmente el visto bueno para su abordaje.
¿Y cuál fue el enfoque? Los protocolos y guías clínicas indican la hemipelvectomía interna para la afectación ósea, mientras que la exenteración pélvica total se reserva para casos extremadamente graves y complejos en que el tumor está avanzado y afecta a varios órganos dentro de la pelvis.
Resección y reconstrucción
En primera lugar, explica a DM, se procedió a disecar o liberar el tumor en la parte intrapélvica. “Se separó el recto por la parte derecha intrapélvica y también la próstata y la vejiga del lado derecho del paciente”, expone el cirujano. Posteriormente, en un doble abordaje, “localizamos el paquete vascular y, a nivel de la arteria ilíaca común, se disecó toda hasta la femoral común. Además, las partes de la ilíaca profunda o hipogástrica se ligaron porque se iría también con el tumor”.
Acto seguido, se hizo una resección de la zona tres de pelvis derecha, es decir, la rama ilio-isquio-púbica del lado derecho, justo por debajo del acetábulo, y una osteotomía a nivel de la parte más superior de la pala ilíaca del lado izquierdo. Asimismo, se desarrolló una “liberación” de la piel que envuelve a los genitales, “dejando un espacio de seguridad para quitar el tumor con bordes seguros”.
Seguidamente, destaca el cirujano, “conseguimos la extracción de todo el tumor haciendo una osteotomía, incluyendo la cabeza femoral intraarticular”. Por último, se procedió a la una reconstrucción “muy importante” de la pared abdominal y toda la parte del suelo pélvico. Baixauli incide en que fue “una cirugía muy compleja”, pero “cronológicamente nos fuimos organizando” y el resultado ha sido muy bueno.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/Vxgav5l
No hay comentarios:
Publicar un comentario