Comprometido con los derechos de los estudiantes, Markel Gamarra Segovia asumió la Presidencia del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) en octubre de 2024 y no ha tenido un respiro en un año especialmente movido para la profesión médica. Cuenta con una amplia trayectoria en la representación estudiantil y, aunque en octubre terminará su año al frente de CEEM (y comenzará su último año de la carrera de Medicina), asegura que seguirá participando en los movimientos sociales más allá de la universidad. Antes de que llegue ese cambio, habla con DM de las preocupaciones de los estudiantes, del grado y la residencia, sobre vocación, sobre el Estatuto Marco o la fuga de cerebros.
Pregunta.
¿Qué es lo que más les preocupa a los estudiantes de Medicina en general de su futuro en el sistema sanitario español?
Respuesta.
Es difícil seleccionar un único tema como principal preocupación. Con el paso del tiempo, en el Consejo hemos acumulado una serie de reivindicaciones que emanan del estudiantado que reclaman cambio: cambios en la carrera, cambios en el Sistema Nacional de Salud, cambios en la sociedad.
Cuando abordamos las reivindicaciones que las estudiantes de Medicina tienen sobre el sistema sanitario español, que para la mayoría de ellas será su futuro profesional, destacan la precarización de sus profesionales, que sufren unas condiciones laborales de empobrecimiento y explotación que preocupan al grueso de estudiantes que se incorporarán al SNS. En esta línea se encuentran las infames guardias de 24 horas, a las que el Consejo se opone frontalmente por atentar contra la seguridad de los trabajadores y pacientes.
Esta precarización trabaja de la mano de la progresiva privatización de los servicios públicos que se lleva produciendo durante la última década, poniendo en peligro la cobertura sanitaria universal que las estudiantes de Medicina consideran pilar fundamental del SNS.
P.
¿Faltan o no faltan médicos? Porque cada año salen más egresados de las facultades de Medicina y se han ido ampliando las plazas MIR en las últimas convocatorias. Hay quien señala que seguir ampliando es generar médicos que el sistema no va a poder absorber y van a estar abocados al paro. ¿Cómo alcanzar el equilibrio, qué debería hacerse?
R.
Esta pregunta, que a menudo es tema de extensa discusión social, esconde un detalle muy interesante. La realidad es que no es cuestión de opinión si faltan o no médicos: El modelo de proyección de demanda/necesidad de médicos especialistas en España que realizó el Ministerio de Sanidad en 2024 anuncia un déficit del 3% para 2023 y una reducción paulatina del déficit debido al aumento relativo de la oferta sobre la demanda. Según este mismo modelo, desde 2033 se asistirá a un superávit de médicos especialistas.
Históricamente nuestra postura es que es tan evidente como necesario elaborar un plan demográfico en el marco de la planificación educativo-profesional y la coordinación institucional a la hora de abrir nuevas Facultades de Medicina. La falta de planificación, a una larga escala, llevará a un desequilibrio constante que llevará al SNS a situaciones de paro médico y de déficit de especialistas por no tener una coordinación clara.
Si bien desde el CEEM no tenemos una solución perfecta para alcanzar el equilibrio, pero siempre defenderemos una organización exhaustiva y planificada para conseguir un SNS universal, predominantemente público y sostenible.
P.
¿Se está planificando bien o nos faltarán médicos de algunas especialidades y nos sobrarán de otras? Por otro lado, si se limitan las plazas de algunas especialidades para ampliar de otras, por ejemplo, como en algunos países de nuestro entorno en los que mínimo el 40% de sus plazas es para Medicina de Familia, ¿no se estaría redundando en esa competencia feroz por sacar la mejor nota en el examen MIR para poder elegir y de no conseguirla más estudiantes repetirían la prueba? ¿O realmente los estudiantes escogerían sin más entre lo que les ofertaran?
R.
Para poder abordar el déficit de especialistas en aquellas áreas que tienen dificultad para cubrirse año tras año, es necesario entender por qué los residentes deciden no optar por ellas. Uno de los principales escollos son las condiciones de precariedad y la necesaria mejora de las condiciones salariales que permitiría ejercer de médico en cualquier especialidad en condiciones laborales dignas. Es evidente que esto siempre ha de ir de la mano de una planificación exhaustiva y coordinada para mantener nuestro SNS.
Además, identificamos que en la carrera se crea un ambiente de competitividad desde el inicio, uno de los factores que perjudican la salud mental de las estudiantes. Es por ello que cualquier reforma al examen MIR debería tener en consideración las reivindicaciones históricas estudiantiles, además de incluir a las estudiantes en la conversación.
P.
Siguiendo con lo anterior, una de las batallas desde hace años por parte de CEEM es que no se creen más facultades de Medicina, aunque ya somos el país con más centros por millón de habitantes y hay varios proyectos en marcha de nuevas facultades. Eso no soluciona el problema actual y puede generar otro a futuro, ¿qué proponen los estudiantes de Medicina para paliar esa falta actual de algunos profesionales? Y, por otro lado, ¿dónde están todos esos médicos que salen de las universidades cada año?
R.
Históricamente, la posición del CEEM ha sido el rechazo completo a la creación de nuevas facultades de Medicina, una postura que el Ministerio y las consejerías autonómicas de Sanidad defendían como propuesta para paliar el déficit médico. Como bien demuestra el propio Ministerio en sus estudios, la creación de nuevas facultades sólo puede ser una solución con una planificación clara y consensuada a todos los niveles. La realidad es que esta planificación no existe.
Esta planificación podría solventar la famosa 'fuga de cerebros' que lleva a profesionales sanitarios y científicos a buscar mejores condiciones laborales en otros países, permitiendo el desarrollo y mantenimiento de la inversión en el propio SNS.
Sin embargo, cabe destacar que esta firme postura del Consejo en contra de las nuevas facultades cambió en marzo de este año, cuando concluimos que no existía un consenso real entre las estudiantes de Medicina sobre si deberían abrirse nuevas facultades o no. La ruptura de este consenso, desde el Consejo, la interpretamos como un resultado de la falta de pedagogía sobre planificación y gestión sanitaria, una materia que en más de una ocasión hemos reivindicado como fundamental para incorporar en los planes de estudio.
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