El ‘Plan de Abordaje de Terapias Avanzadas en el Sistema Nacional de Salud’ puso a España en la vanguardia de estos medicamentos revolucionarios. El plan aterrizó la terapia CAR-T al Sistema Nacional de Salud (SNS), de forma que en enfermedades como el linfoma B difuso de célula grande (LBDCG) y la leucemia linfoblástica aguda (LLA) ha aportado una opción curativa a pacientes con un pronóstico muy grave.
Sin embargo, cuando se cumple un lustro del plan, los protagonistas de esta estrategia (médicos, enfermeras y pacientes) advierten de que aún quedan muchos retos por solventar para garantizar el acceso a los tratamientos innovadores en términos de equidad, suficiencia, orden social y la sostenibilidad financiera. “No podemos dormirnos en los laureles”, ha dicho Anna Sureda, jefa del Servicio de Hematología Clínica del ICO L’Hospitalet, en Barcelona, y presidenta del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular (GETH). “Para que el éxito no sea algo efímero y España siga a la cabeza, tenemos que revisar y optimizar los procesos”, ha resaltado. Todo en aras del “beneficio del paciente, que al final es un nuestro motor”.
La hematóloga ha sido una de las ponentes, del ‘IV Encuentro Terapias Avanzadas. 4 años de CAR-T en España’, organizado por Gilead Sciences y Kite, en la Real Academia Nacional de Medicina Española (RANM), ayer, en Madrid.
Otra de las ponentes, Mariana Bastos-Oreiro, coordinadora de Linfomas en la Unidad de Terapias Avanzadas del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Gregorio Marañón, en Madrid, ha abundado en la necesidad de que estos medicamentos lleguen a tiempo a los pacientes, pues han demostrado en ensayo clínico que aportan el mayor beneficio; como es el caso de la segunda línea del LBDCG. “La terapia CAR-T cura”, ha enfatizado la especialista.
Acortar tiempos
En su intervención, Alejandro Martín, hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca, y vicepresidente del Comité Científico del Grupo Español de Linfomas (Geltamo), ha añadido que en este linfoma “con un seguimiento a cinco años, la supervivencia con la terapia CAR-T se sitúa en un 40%, y se ha demostrado que es superior al trasplante autólogo”. También ha remarcado la necesidad de reducir el tiempo desde la identificación del paciente a la infusión, una espera que considera el mayor inconveniente del tratamiento.
La jornada, celebrada en el marco del Día Mundial del Linfoma y el Mes de Concienciación de los Cánceres de la Sangre, ha contado con la presencia y el respaldo de algunos de los máximos expertos de nuestro país en este ámbito.
Junto a los médicos, representantes de los pacientes y de la administración pública -nacional y autonómica- han analizado la situación en la que se encuentran actualmente las terapias avanzadas; además, han destacado la necesidad de continuar avanzando con paso firme para la correcta implantación de las CAR-T.
Revolución médica
Entre los desafíos que han resaltado están, entre otros, el de mejorar y agilizar el acceso a la innovación a los pacientes con linfoma, y continuar siendo un país de referencia en el campo de las terapias avanzadas.
“Estamos asistiendo a una de las mayores revoluciones en el campo de la ciencia. Las terapias CAR-T han demostrado ser la mejor opción con potencial curativo para muchos pacientes con pronóstico muy grave. Son sin duda un hito sin precedentes y por ello los pacientes que las necesitan deben poder tener acceso a ellas. Como dice el lema del día mundial del Linfoma: ‘No podemos esperar’”, ha resaltado María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead Sciences España, en la inauguración del acto, junto al profesor Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España y Sol Ruiz, jefe de División de Productos Biológicos y Terapias Avanzadas, en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Unas palabras respaldadas por Elena Casaus, coordinadora de la Estrategia Regional de Terapias Avanzadas de la Comunidad de Madrid, quien ha incidido en la necesidad de continuar avanzando en el acceso de estos tratamientos. “La tramitación de los medicamentos de terapia avanzada, en ocasiones, llega a exceder sobremanera los plazos establecidos para resolver si el medicamento se incluye o no en la prestación farmacéutica del SNS, lo que es una contradicción frente a las estrategias adoptadas por la EMA para acelerar el acceso a los medicamentos dirigidos al tratamiento de enfermedades en las que existe una alta necesidad médica no cubierta, tales como el programa Prime”. A lo que ha añadido que “la indefinición de nuestro marco legal ante el acceso a medicamentos pendientes de decisión de financiación o de medicamentos excluidos de la financiación cuando no hay otra alternativa genera inequidades. Por ello, es urgente desarrollar un nuevo marco jurídico que dé mayores garantías y respuesta a estas situaciones”.
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