Pilar R.M. es una barcelonesa que sufrió mucho para poder amamantar a su segundo hijo al menos durante cuatro meses tras el parto. "Me dolía muchísimo e incluso en la leche se veían trazas de sangre, pero me insistían en que era una mastitis. Cuando dejé de dar el pecho pensé que se acabaría el dolor, pero no fue así, y era ya tan doloroso que hasta me desmayé en dos ocasiones". En pruebas de imagen la mama no mostraba ninguna lesión y Pilar acudió finalmente a unos cirujanos que, al abrir su dolorida mama derecha, encontraron un "bloque" de tejido con buen aspecto y justo al lado, en el lateral cercano a los ganglios, un adenocarcinoma agresivo; en concreto, un cáncer de mama HER2 triple negativo. El bebé tenía ya 14 meses cuando recibió ese diagnóstico que hoy, 9 años después, puede explicar porque, a pesar de muchas dificultades y complicaciones, superó el cáncer.
El caso de Pilar no es excepcional; es frecuente que se piense antes en la mastitis que en el cáncer cuando una mama da problemas en la lactancia, confirma a este diario Cristina Saura, jefa de la Unidad de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del Grupo de Cáncer de Mama del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). En esos casos se recomienda hacer una biopsia, que es algo que "no siempre se hace".
Ese problema, que causa retraso en el diagnóstico y en el tratamiento del cáncer de mama, podría solucionarse pronto si se confirmasen los resultados positivos de un innovador test de biopsia líquida específico para detectar ADN de tumor circulante (ADNct) en leche materna, obtenidos en una muestra de 15 mujeres. De este avance mundial –no hay nada similar en la literatura biomédica- es autor un equipo de investigadores liderado por Saura y por Ana Vivancos, jefa del Laboratorio de Genómica de VHIO.
El equipo proyecta ahora un estudio multicéntrico internacional con una muestra de 5.000 mujeres con alto riesgo de sufrir cáncer de mama, embarazas con 40 años o más o con cualquier edad pero portadoras de mutaciones que aumentan el riesgo de sufrir la enfermedad (BRCA1, BRCA2, PALB2, RAD51C/D). De todas ellas, reclutadas en hospitales de varios países, se tomarán muestras de leche materna (de al menos dos semanas tras iniciar la lactancia) que serán centralizadas y analizadas en el VHIO con su test de biopsia líquida específico. Y de ahí, si se confirman los buenos resultados, pasarán a realizar un estudio en población general.
Para uso en los protocolos sobre postparto
Los resultados de la prueba de concepto en 15 pacientes que se publican hoy en Cancer Discovery sugieren la posibilidad de que ese test llegue a ser de uso convencional dentro de protocolos de atención al postparto, lo que beneficiaría especialmente a mujeres jóvenes que, por edad, no se someten a mamografías periódicas.
En el VHIO, donde trabajan codo con codo investigadores básicos y clínicos (investigación traslacional), acumulan más de una década de experiencia en biopsia clínica, un análisis que permite confirmar o descartar la presencia de células tumorales en la sangre y otros fluidos biológicos (orina, saliva, etc…).
El test para leche materna se basa en el panel de genes VHIO-YWBC, que permite detectar las mutaciones más frecuentes presentes en mujeres con cáncer de mama diagnosticado antes de los 45 años. Con el analizaron muestras de leche materna y de sangre de las 15 pacientes del estudio (todas con cáncer de mama ya diagnosticado), así como de mujeres sanas que estaban en curso de lactancia materna.
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