Quirónsalud organizó el pasado jueves la novena edición de su seminario internacional de seguridad del paciente y excelencia clínica. La jornada fue inaugurada por Nuria Marañón, jefa corporativa de Seguridad del Paciente de Quirónsalud, y por Celia García Menéndez, directora general de Humanización, Atención y Seguridad del Paciente de la Comunidad de Madrid, que recalcó que la apuesta de su departamento por la seguridad del paciente “es una prioridad”.
“Fuimos pioneros en 2004 con la puesta en marcha del Observatorio Regional de Seguridad del Paciente. Contamos con acciones previstas hasta 2027, con planes elaborados por 200 profesionales y 23 líneas estratégicas”, enumeró García Menéndez.
Eyal Zimlichman, responsable de Transformación e Innovación del Sheba Medical Center de Tel Aviv (Israel), revisó los retos y barreras en el diseño actual de la sanidad: entre otros, la seguridad del paciente y la calidad, proporcionar cuidados centrados en las necesidades y expectativas del paciente y sus familiares, el acceso equitativo a los servicios sanitarios, una sostenibilidad económica imprecisa y la falta de personal y el burnout.
“Esta disciplina tiene más de 30 años, desde el estudio seminal de Lespe y Brennan en NEJM en 1991, que señalaba que se producían un 3,7% de eventos adversos en las hospitalizaciones y un 13,6% terminaban causando muerte. Además, el 27,6% de todos los eventos adversos eran prevenibles, así como un 51,3% de las muertes. Un trabajo de este mismo año, publicado también en NEJM, nos señala que se produce al menos un evento adverso en el 23,6% de las hospitalizaciones. Un 22,7% se consideró que eran prevenibles y un 32,3% tenían un nivel de severidad de grave. Por tanto, la incidencia de eventos adversos parece haberse parado. Y, para seguir avanzando, es preciso un pensamiento que transforme y que permita hacer las cosas de manera completamente diferente”, detalló.
Zimlichman detalló su experiencia en su hospital, con una estrategia bautizada con el nombre de ARC y que comenzó en 2019 con el objetivo de diseñar un ecosistema que impulse y acelere la innovación. Está basada en la salud digital, la innovación abierta y orgánica, la colaboración internacional y una plataforma estructurada, con áreas de medicina de precisión, realidad extendida, inteligencia artificial, dispositivos médicos y cuidados en remoto.
Inteligencia artificial
Otra de las herramientas que ha desarrollado es la plataforma Aidoc de ayuda a la toma de decisiones y que está basada en la inteligencia artificial y que ha generado ya más de 75 abstracts y artículos en revistas científicas.
Además, está impulsando el proyecto ARC -siglas de Acelerar, Rediseñar y Colaborar- de casa inteligente, con el objetivo de que el paciente envejezca en su domicilio, previniendo caídas, manejando sus enfermedades crónicas, garantizando la continuidad de cuidados y proporcionando una vida saludable.
Periodo clave
“Los próximos 2-3 años van a ser clave en el campo de la seguridad del paciente. Y, si vamos a ver estos cambios acelerarse, deberemos optar por un abordaje proactivo a través de una visión común, ecosistemas de innovación y transformación, involucrando a los políticos”, propuso.
En su opinión, las tecnologías de información en salud “tienen muchos beneficios”, pero los riesgos de seguridad “deben mitigarse de manera proactiva”. Para ello, son precisas métricas robustas y sistemas de vigilancia que permitan modificar e intervenir. Debe tenerse en cuenta también que la responsabilidad tanto de medir como de mejorar la seguridad es compartida entre desarrolladores, implementadores y usuarios”, expuso.
Yu-Chuan Jack Li, editor jefe del BMJ Health & Care Informatics Journal, coincidió en que los próximos años van a ser fundamentales en este ámbito. Desde su punto de vista, las redes basadas en inteligencia artificial aplicadas a las historias clínicas digitales pueden ayudar a mejorar, de manera integral, la seguridad del paciente.
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