Como era de prever en medio de la mayor pandemia de los cien últimos años, las labores lexicográficas de la RAE se han visto este año determinadas en buena medida por la crisis sanitaria mundial de la covid-19. Se advierte, por ejemplo, en voces como barbijo, que antes incorporaba definición propia y ahora remite directamente a ‘mascarilla’; o en las nuevas definiciones actualizadas de términos tan de actualidad como cuarentena (donde antes decía «Aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales», pasa a decir ahora «… a personas, animales o cosas»), estado de alarma (2019: «estado que se declara para otorgar poderes especiales al Estado e implica una limitación temporal de ciertos derechos cuando se produce una situación de graves consecuencias en la vida pública, como catástrofes, calamidades, epidemias, etc.»; 2020: «Situación en la que se otorgan poderes especiales y temporales al Gobierno para combatir una grave alteración de la normalidad, por causa de catástrofes, crisis sanitarias, paralización de los servicios públicos esenciales, etc.») y mascarilla (2019: «Máscara que cubre la boca y la nariz para proteger al que respira, o a quien está en su proximidad, de posibles agentes patógenos o tóxicos»; 2020: «Máscara que cubre la boca y la nariz de su portador para protegerlo de la inhalación y evitar la exhalación de posibles agentes patógenos, tóxicos o nocivos»). Algo parecido sucede con la tríada confinar, confinado y confinamiento; no solo se redefinen los tres términos, sino que el último de ellos incorpora una nueva acepción: «Aislamiento temporal y generalmente impuesto de una población, una persona o un grupo por razones de salud o de seguridad».
Entre las novedades recién incorporadas al diccionario, encontramos también bioseguridad, coronavirus (y coronavírico), COVID, nada menos que tres verbos sinónimos ―cuarentenar, cuarentenear y encuarentenar (pero no ‘encuarentar’, que también está circulando)― para lo que normalmente decimos «poner en cuarentena», desconfinamiento, desescalada y seroprevalencia. Dudo mucho que ninguno de ellos estuviera a estas alturas recogido en el diccionario de la RAE de no haber sido por el brote de neumonía de Wuhan en diciembre de 2019 y todo lo que vino después.
Lástima que las definiciones no siempre estén a la altura de lo que cabría esperar. ‘Coronavirus’, por ejemplo, entra con la siguiente definición: «Virus que produce diversas enfermedades respiratorias en los seres humanos, desde el catarro a la neumonía o la COVID». De COVID-19 se dice que es sinónimo estricto de COVID a secas (¡¿…?!), y esta última se define como «Síndrome respiratorio agudo producido por un coronavirus», que es una definición muy muy flojita.
Aparte, se echa en falta nuevamente ―como ya es habitual en todas las obras de la RAE y la Asale― un criterio coherente y homogéneo. ¿Por qué entran tecnicismos como ‘hipofaringe’ y ‘orofaringe’, pero quedan fuera otros que han estado en boca de muchos durante este año de la pandemia, como ‘odinofagia’ y ‘rinorrea’? ¿Por qué están en el diccionario localismos para las mascarillas como ‘barbijo’ y ‘tapabocas’, pero no otros como ‘nasobuco’ y ‘cubrebocas’? ¿Por qué COVID entra tan solo como sigla de escritura obligada en mayúscula (y no se admite su forma lexicalizada ‘covid’, también correcta) cuando en 1992 ‘sida’ se admitió tan solo como forma lexicalizada (y no se admitió ni se admite su forma siglada SIDA, también correcta)? ¿Por qué la RAE acaba de admitir, por un lado, solo ‘coronavírico’ (y no ‘coronaviral’, también correcto), y por otro, solo ‘antirretroviral’ (y no ‘antirretrovírico’, también correcto)? No se entienden, no, las decisiones, ni parece que exista un principio rector claro que guíe el crecimiento y el desarrollo del principal diccionario normativo de que disponemos en español.
Mientras no se resuelva ese grave problema de fondo, es obligado que las felicitaciones a la RAE por su valiosa labor vayan acompañadas de críticas a los aspectos en que, sin duda, todo podría hacerse mejor. Sigo mañana, y con eso ya daré por terminada mi reseña apresurada de esta versión 23.4 del diccionario académico.
Fernando A. Navarro
La versión 23.4 del 'Diccionario de la lengua española' de la RAE incorpora muchos neologismos que nos han llegado con la pandemia: bioseguridad, coronavírico, COVID, desconfinamiento, desescalada, encuarentenar, seroprevalencia... Nuestro médico de palabras, Fernando A. Navarro, los analiza. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/33txdvk
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