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sábado, 28 de noviembre de 2020

Espirómetros que dan un respiro a los pacientes

Autocuidado
gemasuarez
Dom, 29/11/2020 - 00:00
Nuevas tecnologías
Espirómetro.
Espirómetro.

La principal innovación en el ámbito de los espirómetros está por venir y será aquella que permita un progresivo acercamiento a los pacientes. Además, a juicio de los expertos con los que ha podido hablar este periódico, la evolución más significativa, que se espera a corto y medio plazo, será conseguir una mayor conexión e interoperabilidad entre profesionales y pacientes y los diversos niveles asistenciales implicados en la atención al enfermo respiratorio.  Y todo ello, insisten, haciendo hincapié en el impacto que tiene su manejo en la salud en la actualidad y, en especial, que cualquier manejo presente o futuro a nivel domiciliario o de pacientes necesita mucha formación, información y supervisión por parte de los profesionales.

Los espirómetros básicamente lo que hacen es medir volumen y flujo de aire inhalado y exhalado, siendo el segundo el que “precisamos los profesionales sanitarios para valorar y diagnosticar enfermedades respiratorias o monitorizar las consecuencias de problemas extrapulmonares”, comenta David Díaz Pérez, coordinador del área de Enfermería Respiratoria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
El método de medición de estos aparatos es diverso: el más usado en entornos hospitalarios es el neumotacógrafo, pero también existen espirómetros de turbina, de hilo caliente o termistores y de ultrasonido. En general, todos estos espirómetros abiertos “son exactos y precisos, tienen un coste razonable y son de fácil limpieza y desinfección”, añade el miembro de Separ.

La espirometría se hace en Primaria y hospitales pero ha habido algunos intentos de llevarla a las oficinas de farmacia

En este contexto, Díaz Pérez incide en que la espirometría es el procedimiento imprescindible para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades respiratorias. “Sabemos que el uso no rutinario de esta prueba provoca dificultades en el diagnóstico de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), cuyo infradiagnóstico en España supera el 70%, según el último estudio epidemiológico Episcan II”.

En concreto, los datos de este trabajo –que fue una colaboración de la Separ y GlaxoSmithKline, en el que participó un total de 10.200 personas y se empléo una prueba de imagen con TAC de baja radiación, lo que supuso una novedad a nivel mundial–, mostraban que el 74,7% “aún no estaban diagnosticados, pues no se habían sometido a una espirometría forzada posbroncodilatadora, que es la prueba que detecta y permite el estadiaje inicial de gravedad de la EPOC”, expuso Joan B. Soriano, epidemiólogo e investigador senior en el Hospital de La Princesa, de Madrid, y miembro del Comité Técnico de la Estrategia EPOC del Sistema Nacional de Salud (ver información adjunta).

En farmacias y en la casa del paciente

La espirometría se realiza tanto en Atención Primaria como en el ámbito hospitalario, pero también ha habido diversos intentos de sacar este procedimiento de esos entornos y acercar la prueba a las oficinas de farmacia comunitaria, aprovechando su cercanía y accesibilidad para los pacientes. “Ciertamente, la espirometría es una prueba que conlleva un esfuerzo importante por parte de la persona que lo realiza y precisa de una capacitación por parte del profesional que la dirige”. Y este último punto, matiza Díaz Perez, “ha sido el gran problema, valorado así por expertos en la materia, en la no generalización de esta prueba a todas las personas que sufren problemas respiratorios o están expuestas a otros factores de riesgo”. Uno de esos factores, recalcado por el especialista de Separ y que sigue generando bastantes problemas a nivel social y sanitario, es el tabaquismo.
A pesar de las posibles dificultades, uno de los principales caballos de batalla en el desarrollo de nuevos dispositivos para el diagnóstico de enfermedades respiratorioas es “acercar” los espirómetros a los pacientes. Y ello se ha conseguido a través de la creación de microespirómetros: “Son instrumentos de medida de función pulmonar portátiles, fáciles de usar y de limpiar, y la precisión de la medición de flujos y volúmenes en correlación con los espirómetros convencionales es más que aceptable”.

En los últimos años se han validado algunas aplicaciones móviles que son capaces de medir incluso flujos de aire espirado

Estos microespirómetros cumplen varios objetivos: son instrumentos de cribado de enfermedades respiratorias tanto en entornos sanitarios como no sanitarios, ya que una de las características es que no se precise de un conocimiento profundo para realizar una espirometría con esta herramienta y, en definitiva, que no sea imprescindible la presencia de un sanitario. “También son instrumentos que se utilizan para que los pacientes con diversas patologías puedan monitorizarse en sus domicilios y, por lo tanto, y tras un programa instructivo, sean capaces de automanejar su enfermedad”, añade Díaz Pérez.

En el actual escenario, cobra una importancia vital la comunicación telemática entre pacientes y profesionales y los microespirómetros tienen la capacidad de hacer llegar medidas muy precisas de la función pulmonar de los enfermos y de su estabilidad clínica. En esta línea, Encarna Castillo, profesora del Departamento de Farmacia de la Universidad CEU-Cardenal Herrera (CEU-UCH), menciona la innovación de espirómetros, no solo portátiles sino  que también están informatizados con Bluetooth y USB. Estas dos prestaciones permiten “almacenar los resultados de las mediciones realizadas por el paciente en su domicilio, de manera que el médico puede visualizar los resultados sin tener que estar presente mientras se realizan las mediciones”.

En los últimos años, además, se han validado aplicaciones móviles que son capaces de medir flujos de aire espirado. “Estas aplicaciones tienen el potencial de poder llegar a la población general, que podrá medir su capacidad pulmonar en cualquier momento y entorno, pudiendo acudir a solicitar una evaluación clínica en caso que haya alguna alteración”, explica Díaz Pérez.

Futuro alentador

En su opinión, el futuro es alentador y, sin duda, el escenario actual estimulará el desarrollo de instrumentos de control y monitorización a distancia entre pacientes y profesionales sanitarios. En espirómetros, apunta Castillo, sería importante el desarrollo de tecnologías de la comunicación “que facilitaran la interoperabilidad entre los diversos aparatos y los sistemas de información de todos los ámbitos asistenciales”, un reto de primera magnitud en el cual están inmersas las sociedades más avanzadas.

Trabas del pasado

Sin embargo, Díaz Pérez hace una matización: “La principal barrera será que el sistema sanitario no acoja estos elementos dentro de su red de servicios y se mantenga una asistencia clásica e incluso paternalista”, una situación que podría hacerse extensible a otros ámbitos biomédicos o asistenciales.
El desarrollo de la tecnología sanitaria aumentará el autocuidado y autocontrol de los pacientes, donde los profesionales sanitarios “debemos ser acompañantes necesarios en toda la historia natural de la enfermedad”.

El experto no se olvida de una cuestión importante: hay que dar a conocer a la población general, no solo los instrumentos que se usan para medir su capacidad respiratoria, “sino cuándo debe realizarse dicho procedimiento y para esto la identificación de síntomas tempranos y reconocer los factores de riesgo que puede producir enfermedad son fundamentales”, concluye.

Un ejemplo del impacto

Los especialistas consultados por CF coinciden en la importancia de las espirometrías y su papel en el manejo de diversas enfermedades de gran impacto o prevalencia. Y los datos de estudios sobre el papel de su uso en el cribado o evaluación o la ausencia del mismo les dan la razón. A modo de ejemplo, aproximadamente uno de cada diez adultos en España tiene Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). En concreto, según el estudio Episcan II, realizado en 2019 y publicado hace unos meses, el 11,8% de la población española de entre 40 y 80 años padece esta enfermedad, lo cual equivaldría a 2,1 millones de personas en España, aunque, según reveló esta investigación, la mayoría no están diagnosticados.

Bien es cierto que existen diferencias significativas entre hombres y mujeres, con una prevalencia del 14,6% y del 9,4%, respectivamente, y precisamente la necesidad de realizar este nuevo estudio venía dada “por la incorporación de la mujer al hábito tabáquico, lo que ha hecho que cambien los conceptos que se tenían arraigados históricamente. La prevalencia ha aumentado, fundamentalmente, a expensas de las mujeres, viéndose casos de EPOC más graves en pacientes más jóvenes. Lo que ha permanecido estable es la cifra de infradiagnóstico, que apenas hemos conseguido modificar”, explicó el neumólogo Salvador Díaz Lobato. En cuanto a la situación de la EPOC en España respecto a los países del entorno, Carlos Cabrera, neumólogo del Hospital Universitario Dr. Negrín, de Gran Canaria, comentaba tras la presentación del estudio:  “Tenemos una prevalencia ligeramente inferior a la de otros países, como Austria, Alemania, Noruega o Polonia, que registran unas tasas de EPOC que suelen superar el 15%, e incluso llegan a más del 20% en algunas poblaciones. Por lo tanto, a pesar de ser una enfermedad extremadamente prevalente, podemos considerarnos afortunados respecto al resto”.

Los hay de muchos tipos, de uso hospitalario o para Atención Primaria, incluso han llegado al domicilio de quienes más los necesitan, lo que favorece un mayor control y aporta más información al sanitario. Ahora bien, se requiere formación para un buen uso. Off Enrique Mezquita Farmacia Comunitaria Neumología Off

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