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jueves, 26 de noviembre de 2020

Actualización 23.4 del diccionario de la RAE (I)

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Jue, 26/11/2020 - 17:24
Vocablos novedosos
Diccionario de la RAE, versión 23.4
'Diccionario de la lengua española' de la RAE: versión 23.4 (noviembre 2020).

Mientras esperamos la anunciada y revolucionaria vigesimocuarta edición del Diccionario de la lengua española ―prevista para el año 2026―, la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) siguen actualizando poquito a poco la edición vigente. Anteayer, la lexicógrafa y académica Paz Battaner presentó desde Madrid ―con transmisión telemática en directo por YouTube y Twitter―, la cuarta lista de novedades incorporadas a la vigesimotercera edición diccionario académico (versión electrónica 23.4), que recopila el trabajo lexicográfico desarrollado por la RAE durante este año de la pandemia.

Son en total 2 557 novedades; la mitad de ellas, enmiendas de la etimología o de una definición ya existente. Si la etimología de ‘carpacho’ venía siendo un escueto «del it. carpaccio», a partir de ahora pasa a decir «del it. carpaccio, y este de V. Carpaccio, c. 1465-1526, pintor italiano, porque la creación de este plato se inspiró en la famosa exposición que en 1963 se le dedicó a este autor en Venecia». En cuanto a las enmiendas de acepción, actualizar, retocar o mejorar las definiciones es fundamental para cualquier diccionario que desee mantenerse al día. Es lo que ha hecho la RAE con términos como ‘depósito de cadáveres’ (2019: «Lugar, generalmente provisto de refrigeración, donde se depositan los cadáveres que, por motivo de investigación científica o judicial, no pueden ser enterrados en el tiempo habitual»; 2020: «Dependencia hospitalaria o lugar habilitado para depositar los cadáveres hasta su destino posterior») y la pareja ‘discapacidad’ y ‘discapacitado’ (2019: «Condición de discapacitado» y «Dicho de una persona: que padece una disminución física, sensorial o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida»; 2020: «Situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social» y «Que posee una discapacidad»).

En ocasiones, la actualización de una definición lleva a desdoblar una antigua acepción en dos. Es lo que ha pasado, por ejemplo, con ‘criogenia’; donde venía diciendo «Práctica o técnica que utiliza muy bajas temperaturas», dice ahora «Práctica o técnica que utiliza la congelación a muy bajas temperaturas con diversos fines», y se añade una nueva acepción hasta ahora inexistente, la más habitual en medicina: «Utilización de la congelación de materiales biológicos a muy bajas temperaturas para revitalizarlos».

En mi opinión, no siempre acierta la RAE en esta labor de puesta al día de sus definiciones. Tomo el ejemplo muy médico de ‘basófilo’, hasta ahora definido, en nuestro ámbito, como «Dicho de una célula, especialmente un leucocito: que se tiñe con colorantes básicos». La RAE ha optado por desdoblar esa acepción en dos: una con marca de biología («Dicho de una célula: que se identifica por teñirse de colorantes básicos») y otra con marca de medicina («Dicho de un leucocito: que interviene en la respuesta del organismo frente a las alergias e inflamaciones»). No estoy nada de acuerdo con esta última definición, y creo que pocos médicos lo estarán.

Los ejemplos de ‘criogenia’ y ‘basófilo’, en cualquier caso, me dan pie a comentar las adiciones de acepción incorporadas a esta versión 23.4; esto es, palabras que ya estaban recogidas en el diccionario, pero ahora incorporan una acepción nueva. Es el caso de ‘bóxer’, que figuraba solo como miembro de una sociedad secreta china, y ahora es también una raza de perro y un tipo de calzoncillos amplios; de ‘chiflar’, que suma la acepción coloquial de «gustar mucho»; y de ‘chip’, que la RAE recogía solo como pieza electrónica, y ahora define también como un golpe corto en el golf y como patata frita crujiente en rodajas finas, además de incorporar la locución «cambiar el chip» (cambiar de mentalidad o de actitud).

Esta incorporación de nuevas acepciones afecta de modo especial a la tecnología digital: muchas de las novedades que traen consigo las revoluciones informática e internética se nombran no con acuñación de nuevas voces, sino con resignificación de voces ya existentes (archivo, ratón, navegar, ventana, descargar, carpeta, pestaña, nube, subir, botón, virus, impresión, menú, herramientas, buzón…). Así, entran ahora en el diccionario académico nuevas acepciones digitales de ‘avatar’ (representación gráfica de la identidad virtual de un usuario en entornos digitales), ‘diapositiva’ (en referencia a cada una de las páginas de una presentación de tipo PowerPoint), ‘foro’ (de Internet), ‘hilo’ (de una red social), ‘perfil’ (de una red social), ‘pesar’ (referido a un archivo informático), ‘pinganillo’ (auricular inalámbrico), ‘publicar’ (en un entorno digital) y ‘trol’ (de una red social).

En cada actualización, lo que más expectación genera siempre es la lista de entradas nuevas; esto es, palabras que hasta ese momento no estaban admitidas por la RAE ―«no existían», dicen algunos― y entran por primera vez en el diccionario. Quedan ya para mañana.

Fernando A. Navarro

La RAE presentó anteayer la versión 23.4 del 'Diccionario de la lengua española'. Nuestro médico de palabras, Fernando A. Navarro, analiza y comenta para 'Diario Médico' las principales novedades que atañen a la lengua general y al lenguaje especializado de la medicina. Off Fernando A. Navarro Off

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