Hasta donde ha podido saber este diario, el Comité de Bioética de España no ha recibido la petición de ningún órgano del Gobierno para que realice un informe sobre la ley trans. Tampoco a nadie parece haberle sorprendido o a casi nadie.
"Los comités nacionales de bioética son comités consultivos que gobiernos y parlamentos debería utilizar más, de manera previa a la elaboración de leyes complicadas, como la ley de eutanasia, la del aborto o, ahora, por ejemplo, la ley trans. Son leyes que requieren mucho tiempo y mucho sosiego". Victoria Camps, miembro permanente del Consejo de Estado, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona y presidenta del Comité de Bioética de España, de 2009 a 2013, hizo esta reflexión durante la celebración del 25º aniversario de la legislación biomédica de España, en definitiva, del llamado Convenio de Oviedo.
El 4 de abril de 1997, veintiún países del Consejo de Europa (CdE), suscribieron la Convención sobre Biomedicina y Derechos Humanos o Convenio de Oviedo. Se firmó en Oviedo (Asturias, España), pero es del mundo. Es reconocido como el primer acuerdo jurídico internacional que tiene el objeto de "proteger al ser humano en su dignidad, integridad y derechos, frente a usos inadecuados de la biología y la medicina". Diez años después de esa firma se constituyó el Comité de Bioética de España, recogido en la Ley de investigación biomédica de 2007
El Comité de Bioética de España y el G. I. Cátedra de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco/EHU no han querido que este aniversario pasara desapercibido y organizaron una celebración en la que estuvieron presentes los máximos representantes de la Bioética y el Derecho Sanitario en España, reunidos en la Sala Ernest Lluch, del Congreso de los Diputados.
Los reunidos
La celebración se concentró alrededor de un programa de ponencias donde intervinieron los investigadores del G.I de la cátedra, Pilar Nicolás e Íñigo de Miguel, junto a su director Carlos Romeo Casabona; Marcelo Palacios, padre impulsor del Convenio de Oviedo, Javier Sánchez Caro, jurista miembro del grupo que redactó el convenio; Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, Vicente Bellver Capella, vocal de Comité de Bioética de España; Aitziber Emaldi, titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Deusto; Francisco Gracia Navarro, exdirector del Instituto de Salud Carlos III; Antonio Alarcón Hernández, catedrático de Cirugía de la Universidad de La Laguna y senador; Ana Pastor, vicepresidenta del Congreso, Pablo Ignacio Fernández Muñiz, consejero de Sanidad de Asturias y Ricardo de Lorenzo, presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario.
Entre el público asistente estaban magistrados, catedráticos, abogados, médicos, representantes políticos... Muchos de ellos rostros reconocibles por su contribución y amor a una disciplina tan trasversal como es la Bioética, según coincidieron en destacar varios de los asistentes.
En este contexto se sitúa la intervención de Camps, quien hizo un recorrido por la creación de los comités de bioética y, de manera especial, del Comité de Bioética de España. La catedrática recordó que los primeros pasos del Comité se dieron en el más absoluto ostracismo, un hecho que también señaló Carlos Romeo Casabona, miembro del primer grupo que constituyó el órgano consultor del Gobierno en materia de Bioética al que, según afirmaron, "nadie le consultaba nada".
Victoria Camps
En referencia a la constitución actual del Comité, Victoria Camps afirmó: "Creo que el Comité de Bioética tienen un espectro ideológico rico que va desde la extrema izquierda a la extrema derecha y, además, es interprofesional. Es decir, todos lo que lo conforman ha trabajado en bioética y tienen algo que decir en estos temas. Por eso, tener una institución así es bueno y debería utilizarse más y debería considerarse [seriamente] que esta institución hiciera informes ponderados antes de elaborar las leyes".
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