Este domingo se celebrará el Día Mundial de la Salud Digestiva para concienciar sobre la prevención y tratamiento de las enfermedades digestivas. Lo cierto es que los síntomas de algunas de estas patologías no son graves, pero si molestas y bastante comunes en la población. De hecho, según un estudio realizado por M.B. Consultores S.L. con una muestra de 921 personas mayores de 18 años, el 89% de la población española padece gases, digestiones pesadas, ardor, acidez, reflujo, pesadez de estómago, indigestión o estreñimiento, con independencia de su frecuencia. De estos, un 35% asegura sufrir con frecuencia gases/aerofagia; un 21 %, digestiones pesadas, y un 17%, indigestión o malestar estomacal. Quienes dicen que los padecen siempre son un 11 %, en el caso de los gases, y un 6% si se habla de digestiones pesadas.
La encuesta refleja que el 26% de los encuestados declaró sufrir acidez de manera constante, un 18% ardor de estómago y un 16% reflujo. De estos tres síntomas, la acidez es la que más afecta a la calidad de vida de las personas (con una puntuación de 6.8 puntos sobre 10).
Respecto al estreñimiento o tránsito intestinal irregular, decir que se trata de una molestia muy relacionada con otros síntomas. Así, el 80% de las personas que lo padecen también tiene gases; un 67%, digestiones pesadas; un 64%, pesadez de estómago, y un 59%, ardor. A esto hay que añadir que se trata de una molestia que se da con una alta frecuencia, ya que un 47% sostiene que la tiene casi siempre y un 24%, siempre. Además, el tránsito intestinal irregular es el síntoma digestivo que más afecta a la calidad de vida de las personas con una valoración de 7,1 sobre 10 y el más padecido por mujeres.
Silvia Gómez Senent, médico adjunto en el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, explica a este medio que las personas que suelen presentar estos cuadros son de edad media, aunque, afirma, que "está creciendo en jóvenes" y, dependiendo del síntoma que manifiesten, acudirán antes o después a la consulta del especialista. "Si, por ejemplo, son gases, se demora más la consulta, pero cuando se trata de estreñimiento, dolor abdominal y diarrea sí que consultan con más rapidez", confirma. Lo cierto es que ha visto que, cuando se trata de síntomas leves, que no ponen en peligro la vida, "muchos pacientes van de médico en médico y, cuando llegan al especialista, se encuentran muy desanimados".
El farmacéutico no es ajeno a estos problemas relacionados con la salud digestiva, pues como indica Mª José Cachafeiro, farmacéutica comunitaria en Asturias y nutricionista, en la botica son frecuentes las consultas de este tipo, en concreto, las que tienen que ver con reflujo, pirosis, dispepsia y estreñimiento y diarreas. Y añade: "Están en alza las consultas que podrían asociarse a intolerancias alimentarias, síndrome de intestino irritable, hiperpermeabilidad intestinal y sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, según sus siglas en inglés)".
Según su experiencia, en general suelen ser casos leves, "aunque, últimamente, también vemos bastantes que necesitan derivación al médico o que llevan retrasos en las consultas con el especialista debido a la situación que hemos vivido con la covid-19", matiza.
Con estos datos sobre la mesa, la pregunta es ¿qué se puede hacer desde la farmacia para contribuir a mejorar la salud digestiva de la población? Gómez Senent afirma a CF que detrás de muchos de estos problemas están los hábitos de vida: "Se hace una mala alimentación, poco ejercicio, consumo de antibióticos en exceso y tenemos un nivel alto de estrés", afirma. Y aquí es donde puede intervenir el farmacéutico, cuyo papel en la salud digestiva califica de "fundamental". Y es que, está convencida de que "hace mucha educación sanitaria y, además, está más en contacto con el paciente que nosotros, porque le ve con mucha frecuencia", defiende. Tanto es así que sostiene que para que hubiera un mejor abordaje de las patologías digestivas, habría que "tener más comunicación con el farmacéutico y poner en común los conocimientos de cada una de las profesiones, que son complementarias".
En el plano de la educación sanitaria, el farmacéutico tiene tela que cortar porque, a juicio de Cachafeiro, la población está muy poco comprometida con su salud digestiva. "Hay un grupo de personas que sí se cuidan mucho, pero no son mayoría ni mucho menos. Además, tengo la sensación de que muchos tampoco saben cómo hacerlo de manera adecuada; circulan demasiados falsos mitos sobre alimentación", reconoce.
La percepción de Gómez Senent es que, en su caso, los pacientes jóvenes que van a su consulta "llegan con mucha información y se saben la teoría, pero necesitan que lo bajemos a tierra".
Para la farmacéutica, los consejos generales que pueden dar los compañeros para mejorar los síntomas de las patologías digestivas se resumen en siete:
- Mantener una alimentación más natural, evitar los ultraprocesados y centrarse en alimentos frescos, más del mercado y menos del supermercado.
- No hacer comidas demasiado pesadas ni muy ricas en grasas, incluir la fibra necesaria en cada caso concreto (no pasarnos ni quedarnos cortos).
- Evitar o moderar tóxicos como el alcohol y el tabaco.
- Recuperar el hábito de comer con calma, masticando bien y disfrutando de los alimentos y del momento. No comer con el ordenador, el móvil o la televisión.
- Intentar mantener unas rutinas en cuanto a horarios y comidas. "Si tenemos problemas digestivos, generalmente, es preferible comer más veces menos cantidad, aunque esto siempre debe adaptarse al paciente", recomienda Cachafeiro.
- Aprender a gestionar el estrés, descansar adecuadamente e hidratarse lo suficiente.
- Incluir la actividad física moderada como parte del día a día. "Debemos ver que el ejercicio físico es una necesidad fisiológica, porque lo es", asevera.
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