Diez días de travesía en patera por el Atlántico sin comida ni apenas agua hasta tocar la costa de Tenerife. Así llegó Mbayé Gil (Dakar, Senegal, 1987) a España. Era 2003, tenía 15 años y toda su familia la había dejado en Senegal. Ahora es uno de los profesionales reconocidos con los Premios Admirables 2022 en la categoría de Enfermería.
PREGUNTA. ¿Cómo pasa de ser un inmigrante ilegal a estudiar una carrera y ejercer en el país de acogida?
RESPUESTA. La verdad es que para mí ha sido un cambio brutal. He pasado de un extremo a otro.
P. ¿Cómo recuerda esos comienzos en España?
R. No fueron nada fáciles. Primero llegar en patera, pensando que todo había acabado, pero no fue así. El proceso de adaptación en el país para mi fue más duro que el viaje en patera. He dormido en la calle. He trabajado en el campo y me he dedicado a la venta ambulante durante muchos años buscándome la vida como podía.
P. ¿Cuál cree que fue el momento clave que hizo que se convirtiera en enfermero?
R. Siempre he tenido la idea de estudiar una carrera sanitaria, pero para mi el momento clave fue nada más bajar de la patera. Los cuidados recibidos por parte de los enfermeros de la Cruz Roja me motivaron mucho. Les pregunté a los que me atendieron que cuál era su profesión, me dijeron que eran enfermeros y les dije que a mi me gustaría devolver esos cuidados a otras personas en el futuro.
P. Usted es consciente de que su testimonio es un ejemplo de superación. ¿Dónde cree que está la clave de esa superación?
R. Considero que la clave está en la lucha continua para conseguir un objetivo, el sacrificio, porque los comienzos no fueron nada fáciles, hubo muchos obstáculos, muchas barreras que superar para conseguir mi objetivo. No me considero superhéroe, pero pienso que he tenido suerte y he aprovechado las oportunidades que la vida me ha dado.
Cuando llegué a España tuve que pagar la deuda del viaje, así que salí del centro de acogida de menores y estuve mucho tiempo trabajando en la venta ambulante para pagar esa deuda. Luego, me adoptó el que ahora es mi padre y me ha dado sus apellidos, en Getxo (Vizcaya), lo que me proporcionó una estabilidad que permitió que estudiara. Durante el tiempo de la universidad yo seguí trabajando como camarero.
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