Investigadores de la unidad de investigación BCN MedTech de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), del IMIM-Hospital del Mar y del Hospital del Mar, todos de Barcelona, han estudiado la relación entre las opciones de tratamiento clínico para la artrosis de rodilla y la funcionalidad, la velocidad y las fuerzas que intervienen en la marcha de cada paciente. Los resultados revelan que dos pacientes con la misma clínica podrían necesitar un tratamiento diferente dependiendo de su edad y su índice de masa corporal.
"Este estudio muestra que la vía de manejo médico para pacientes demográficos, antropométricos y radiográficamente comparables se relaciona principalmente con la funcionalidad reducida de los sujetos seleccionados para someterse a reemplazo total de rodilla (TKR). Este resultado se puede evaluar fácilmente en las clínicas, ayudando a los médicos a estandarizar el proceso de toma de decisiones en diferentes hospitales. Sin embargo, los resultados sugieren que la edad, el IMC (índice de masa corporal) y el sexo son factores de confusión en las decisiones de tratamiento, impidiendo la descripción de un umbral fijo que permita discriminar entre el tipo de terapia", explican los autores en el artículo en Frontiers of Bioengineering and Biotechnology .
"Los factores mecánicos se limitan a los momentos articulares e interactúan con la edad y el IMC. Diferentes momentos pueden estar relacionados con las diferentes posiciones de las articulaciones y, por lo tanto, diferentes puntos de contacto a nivel del cartílago. Estos datos deberían ser evaluados en futuros estudios, junto con la cinemática de los sujetos, para verificar la rigidez de estos pacientes (Zeni y Higginson, 2009) y la relación con el dolor percibido", añaden.
Deterioro del cartílago articular
Según ha informado la UPF hoy, la artrosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por el deterioro del cartílago articular. Este deterioro se manifiesta clínicamente por dolor, rigidez y pérdida de movilidad. Los datos del informe de la Organización Mundial de la Salud y del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, el Global Burden of Disease 2019, muestran que la prevalencia es tres veces mayor en mujeres que en hombres y que se incrementa con la edad y con el peso de la persona, entre otros factores.
La artrosis es responsable del 1-3% de los años vividos con discapacidad generados. En España, la prevalencia de la artrosis sintomática es del 29,35% y de la artrosis de rodilla del 13,83%, según datos del estudio EPISER2016 llevado a cabo por la Sociedad Española de Reumatología, siendo la rodilla la articulación la más afectada.
No existe en este momento un tratamiento que permita regenerar el cartílago de las rodillas degradadas por la artrosis, por lo que la solución para quienes sufren esta enfermedad pasa por tratamientos conservadores que intentan limitar el dolor y mejorar la función de la articulación, o por tratamientos que implican pasar por el quirófano para un reemplazo total de rodilla (prótesis de rodilla).
"El remplazo total de rodilla no está exento de riesgo y de complicaciones para el paciente", explican Jordi Monfort y Joan Carles Monllau, ambos a cargo del estudio clínico asociado a la investigación, del Hospital del Mar.
La decisión de colocar una prótesis de rodilla no siempre es objetiva. La radiología es un método para confirmar el diagnóstico y clasificar la severidad del daño, no para decidir el tratamiento. Monllau precisa que "la decisión quirúrgica se basa en el dolor, déficit funcional y expectativas del paciente".
Como consecuencia, el número de reemplazos de rodilla puede variar bastante según el hospital, la región y el tipo de sistema sanitario (público o privado) en el cual una persona está siendo atendida. Los autores del estudio resaltan que esta situación pone en evidencia la poca robustez y la subjetividad de una decisión clínica de tal importancia.
Definir con criterios objetivos quién necesita una prótesis de rodilla o quién se beneficiaría más de utilizar un tratamiento conservador, no es algo fácil de hacer. "Cada persona es única y en la degradación del cartílago pueden influir el estilo de vida y la biomecánica del cuerpo, entre muchas otras cosas", explica Simone Tassani, investigador posdoctoral del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la UPF y primer autor del estudio. "Incluso la forma de percibir el dolor y cómo se vive ese dolor, hará que dos pacientes con grados de artrosis aparentemente similares prefieran distintos tratamientos", continúa Tassani.
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