El patrón estadístico de las últimas promociones de residentes de Medicina Familiar y Comunitaria dice poco en favor de la capacidad de atracción laboral que tiene el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) para los nuevos titulados en esta especialidad médica. Entre 2019 y 2022, de los 892 especialistas que acabaron su residencia en unidades docentes de la Comunidad de Madrid (el número más alto de plazas de todo el SNS), solo 98 decidieron quedarse a trabajar en el Sermas.
Es decir, Madrid ha dejado escapar en el último cuatrienio nada menos que a 794 titulados en Medicina de Familia (el 89% de los que se formaron en la comunidad), un contingente profesional que ahora se antoja fundamental para paliar el déficit de médicos que el Sermas ya reconoce abiertamente, y que le ha llevado a difundir el polémico protocolo para la asistencia en centros sin médico de Familia. En el caso de Pediatría, la situación es aún peor: entre 2021 y 2022, de los 155 pediatras que acabaron su residencia en Madrid, solo 6 se han quedado en primaria.
En puridad, la capacidad de atracción laboral de la primaria madrileña para los recién titulados en Medicina de Familia ha mejorado ligeramente en las dos últimas convocatorias MIR, ya que si en 2021 fueron un 7,5% de ellos los que accedieron a firmar un contrato con el Sermas, este año, el 9,1% de los especialistas que terminaron su residencia en mayo (20 MIR de 219) ha optado por quedarse, al menos momentáneamente, en la primaria madrileña. Aun así, el incremento porcentual es tan poco significativo -y, sobre todo, tan bajo respecto al número total de titulados en la comunidad- que los sindicatos que integran la Mesa Sectorial de Sanidad del Sermas coinciden en que el Plan de Mejora de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid ha conseguido escasos o nulos avances en materia de Personal.
De los 155 pediatras titulados en 2021 y 2022, solo 6 trabajan en primaria
El resultado de esos nulos avances es, según fuentes de CSIF-Madrid, el "innovador" procedimiento que ha difundido la Consejería de Sanidad en todos los centros de salud para afrontar la asistencia durante los meses estivales, "y con el que, en teoría, pretende paliar la falta de médicos de esta especialidad". De entrada, CSIF-Madrid denuncia que el procedimiento se ha hecho público "sin información ni negociación previa, ni a los trabajadores ni a los sindicatos de la mesa, como viene siendo habitual".
A falta de esa negociación previa, y ante la política de hechos consumados que supone la difusión unilateral del protocolo de actuación, CSIF-Madrid reclama a la consejería de Enrique Ruiz Escudero el "reconocimiento inmediato" de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria (que sigue sin reconocimiento oficial en esta comunidad), tanto administrativa como retributivamente.
En su defecto, el sindicato exige que se pague un complemento específico a las enfermeras generalistas que asuman las funciones y responsabilidades descritas en el protocolo, "como se abona a otras enfermeras especialistas". CSIF puntualiza que ese complemento debe abonarse con carácter retroactivo, ya que el procedimiento de actuación entrará en vigor de forma inmediata y, previsiblemente, antes de que el pago de ese complemento cuente con el beneplácito de la Consejería de Hacienda y la autorización del Consejo de Gobierno de la Comunidad.
CSIF-Madrid también le pide a la Administración madrileña que habilite "de manera urgente" una bolsa única de contratación de especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria en el Sermas, y que se refuerce la seguridad en los centros de salud en los que rija el nuevo protocolo, "para asegurar la protección de los profesionales ante un posible aumento de agresiones por parte de algunos usuarios hacia el personal de Enfermería y los administrativos, tras la decisión de la comunidad de que en esos centros no sean atendidos por un médico de Familia".
Codem: "El protocolo oficializa lo que pasaba 'de facto' en muchos centros"
Desde el Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (Codem) llaman la atención sobre el hecho de que el nuevo protocolo no hace más que "oficializar" una situación que, de facto, ya se venía produciendo en los últimos meses en varios centros de salud. De hecho, el Codem remitió el pasado mes de marzo una carta a la Gerencia Asistencial de Atención Primaria en la que denunciaba que la ausencia de médicos en muchos centros de salud y servicios de atención rural (SAR) estaba "dejando a las enfermeras solas para atender los múltiples problemas de salud por los que acuden los ciudadanos a dichos centros sanitarios". En esa carta, el colegio ya reclamaba expresamente la elaboración de protocolos bien definidos "por los que las enfermeras puedan guiarse y estar protegidas jurídicamente ante eventuales denuncias".
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