El tratamiento con lamivudina, un fármaco antirretroviral de uso común para tratar la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en adultos y niños y la infección por el virus de la hepatitis B (VHB), ha logrado mejorar “espectacularmente” la capacidad cognitiva de un modelo de ratón con síndrome de Down, ha confirmado a este diario Mara Dierssen, investigadora del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, con motivo de un estudio que ha realizado en colaboración con científicos del Instituto de Investigación del Sida-IrsiCaixa y que se publica hoy en la revista Journal of Cellular and Molecular Medicine.
Esta investigación se ha llevado a cabo con una muestra de ratones Ts65Dn, que es el modelo animal de síndrome de Down más estudiado hasta la fecha. Durante cuatro meses, un grupo de la muestra (todos adultos jóvenes) fue tratado con lamivudina (oral) disuelta en agua y el otro, solo recibió agua. Y posteriormente, fueron sometidos a varios experimentos de comportamiento diseñados para comprobar la actividad locomotora, la memoria de reconocimiento y la ansiedad. De esa forma se descubrió que los ratones que recibían este fármaco mostraban mejores capacidades cognitivas; en concreto, mejoró su memoria, la hiperactividad y otros problemas.
Las pruebas de memoria realizadas reflejan la funcionalidad en el hipocampo (implicado en la memoria, en la producción y regulación de estados emocionales y en la navegación espacial) y la corteza cerebral (entre sus funciones destaca la percepción e interpretación de la información sensitiva y la planeación e iniciación de la actividad motora), que están muy alterados en las personas con Down. A través de ellas, asegura Dierssen, se ha observado que “se revierten completamente las alteraciones”.
Destaca especialmente la experta, una referencia internacional en Down y expresidenta de la Trisomy 21 Research Society (T21RS), que al mes de iniciarse el tratamiento, “ya se observa una mejora significativa; casi total”. Y algo más tarde, se registra una reversión completa del déficit de memoria. En otras comorbilidades del Down como la obesidad y la diabetes tipo 2, que también contribuyen al deterioro cognitivo, hay igualmente mejora.
El hallazgo es relevante puesto que, para favorecer una vida independiente, la mayoría de las personas con síndrome de Down se someten a intervenciones psicosociales como la terapia de estimulación cognitiva, una de las únicas opciones de tratamiento disponibles actualmente ya que, por el momento, no existen intervenciones farmacológicas.
Un fármaco muy conocido
La lamivudina, un fármaco que se usa desde hace años contra el VIH (es una optimización del primer fármaco contra el VIH, la zidovudina, y lo aprobó la FDA en 1995 y la EMA en 1996), ya demostró en 2019, también en un estudio en ratones, que reduce la inflamación relacionada con la edad y otros signos de envejecimiento característicos, por ejemplo, de la enfermedad de Alzhéimer. Esos hallazgos se publicaron en Nature y formaron parte de un proyecto de investigación de las universidades de Brown, Nueva York, Rochester y Virginia, todas en EE.UU., y la Universidad de Montreal, en Canadá.
Según informan ahora el CRG y el IrsiCaixa, los resultados de su estudio sobre el uso de la lamivudina en síndrome de Down plantean la hipótesis de que los beneficios observados gracias al fármaco podrían deberse a su efecto sobre una o más variantes del gen APP, que codifica una proteína precursora de amiloide.
Recuerdan que el síndrome de Down es una condición causada por la presencia de un cromosoma extra en el genoma. Normalmente, el genoma humano contiene 23 pares de cromosomas, pero, en el caso del síndrome de Down, hay una de estas parejas que, en vez de dos, presenta tres copias; se trata, en concreto, del cromosoma número 21. Esto da lugar a una discapacidad intelectual que puede ir de leve a moderada, y que afecta a rasgos generales de las habilidades cognitivas como la memoria, la capacidad de atención y el habla. Además, cuando llegan a la edad adulta, las personas con síndrome de Down experimentan un envejecimiento acelerado. Esto se traduce en la aparición de un deterioro cognitivo que, en la población general, sería típico de personas de edad más avanzada.
Las personas afectadas por este síndrome también tienen un mayor riesgo de padecer Alzheimer puesto que el cromosoma 21, que tienen triplicado, contiene los genes de una proteína especialmente relevante para esta enfermedad. Esta proteína, conocida como proteína precursora amiloide (APP), tiene la capacidad de acumularse en el cerebro generando agregados proteicos que causan la alteración de la función cerebral. La presentación de estos agregados proteicos es común en la mayoría de los individuos adultos mayores de 40 años con síndrome de Down.
"Seguimos necesitando tratamientos farmacológicos que ayuden de forma consistente a mejorar las funciones de memoria, atención y lenguaje, o a prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. Este estudio es un paso más para cambiar esta situación ", indica Dierssen.
Aunque son necesarios estudios clínicos para confirmar que el citado fármaco provoca un efecto similar al de los ratones en los seres humanos, los resultados de este estudio en animales ponen de relieve el potencial de utilizar intervenciones farmacológicas como la lamivudina –u otros medicamentos capaces de bloquear la misma diana terapéutica– como tratamiento para mejorar el deterioro cognitivo de las personas con síndrome de Down.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/dlnAFuJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario