El déficit de médicos de Familia en la Comunidad de Madrid es una realidad tan acuciante -y tan explícitamente reconocida ya por la propia Administración- que la Consejería de Sanidad ha llegado a protocolizar -negro sobre blanco- cómo se debe actuar en un centro de salud del Sermas ante la falta de médicos. El procedimiento de actuación ante ausencia de médico de Familia en un centro de salud -que así se llama literalmente el documento difundido por la consejería para los meses de verano- hace recaer el peso de las decisiones asistenciales sobre el personal de Enfermería y ha generado ya un aluvión de críticas entre los profesionales.
El protocolo, que ya tienen en sus manos las gerencias de todos los centros de salud, parte de un reconocimiento explícito -"el déficit actual de médicos de Familia"- y plantea, como alternativa, "el desarrollo de las posibilidades de atención de otros profesionales, según sus áreas de conocimiento", así como la necesidad "de reorganizar flujos de atención, especialmente de la demanda aguda, para mantener la continuidad de los centros de salud". Esos "otros profesionales" son, concretamente, la unidad de atención al usuario (UAU) y, sobre todo, el personal de Enfermería, que asumirá el grueso de las decisiones "ante situaciones en las que, pudiendo precisar de la intervención del médico de Familia, éste no está presente en el centro de salud".
"Abrir un centro de salud sin médicos es como fletar un avión sin pilotos"
De hecho, el protocolo contempla tres posibles situaciones asistenciales, pero deja muy claro que las posibles soluciones definitivas dependerán de la valoración enfermera, que evaluará cada situación y resolverá de la forma más segura y efectiva".
"Enfermería y administrativos tienen unas competencias muy definidas y, bajo ningún concepto, pueden asumir las que son propias del médico. Mantener en funcionamiento un centro de salud sin médicos de Familia y pediatras es como fletar un avión sin pilotos, y eso es exactamente lo que ha hecho la consejería. Es un documento absolutamente impresentable, que atenta contra todos los pilares y la esencia de la atención primaria y comunitaria", afirma una indignada María Justicia López, presidenta del Área de Atención Primaria del Sindicato Médico Amyts.
Los tres supuestos que contempla el documento del departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero son: procesos demorables, procesos no demorables y situaciones de urgencia/emergencia. En el primer caso, si el paciente acude al centro y no hay ningún médico para atenderle, "será citado para atención en días posteriores en las agendas de medicina". Es decir, vuelva usted mañana... o cuando haya médico.
"Las posibles soluciones definitivas dependerán de la valoración enfermera"
En el caso de los procesos no demorables, será la enfermera quien "valorará la situación y decidirá si pueden ser resueltos por ella o requieren de la atención por parte de un médico". En caso de que la asistencia exceda las competencias enfermeras, "se derivará al paciente al centro sanitario más cercano, o a aquel centro que se haya determinado por la Dirección Asistencial como centro de referencia".
"Además de cargar a la enfermera con una responsabilidad que no le compete, la solución -por llamarlo de alguna manera- cuando ella no pueda atender al paciente es desviarlo a otro centro de salud, de forma que generaremos un efecto dominó: sobrecargaremos al centro más cercano, saturaremos a sus médicos y estaremos desviando el problema hacia otro lado", dice la representante de Amyts.
López asegura que "esto lleva pasando, de forma oficiosa, desde hace mucho tiempo y, de hecho, en el caso de Pediatría, las derivaciones son el pan nuestro de cada día, pero la diferencia es que, ahora, la consejería se ha atrevido a plasmarlo por escrito. Han normalizado la falta de médicos en la atención primaria madrileña".
En caso de una situación de urgencia, la UAU llamará al Summa para solicitar atención urgente o se comunicará con el centro de salud más cercano para pedir un médico; entre tanto, será la enfermera quien "iniciará las actuaciones correspondientes para resolver el problema, según sus competencias y/o protocolos establecidos, hasta que acudan los servicios de urgencia". Máximo protagonismo, pues.
Ante la polvareda levantada, fuentes de la consejería argumentan que este protocolo se ha diseñado ante una situación "eventual", y recuerdan que la falta de médicos de Familia es "un problema generalizado". En un guiño a los profesionales sobre quienes recae el grueso de la responsabilidad, la consejería añade que este protocolo "viene a recordar la capacidad resolutiva de las enfermeras".
Satse-Madrid. "Ni siquiera saben cómo se llama la especialidad enfermera"
Desde el Sindicato de Enfermería Satse-Madrid le responden a la consejería que la Comunidad de Madrid "ni siquiera reconoce oficialmente la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, de forma que las enfermeras que ejercen en los centros de salud de Madrid o tienen otra especialidad o ejercen con la de Familia, pero sin reconocimiento alguno". Buena prueba del "maltrato" de la consejería al colectivo es, según fuentes del sindicato, que "ni siquiera saben cómo se llama la especialidad". El protocolo se refiere a ella como "enfermera de familia y comunidad".
Satse-Madrid considera que el protocolo es un documento con "escaso valor práctico" y que va encaminado a "precarizar" el primer nivel asistencial: "Instaura un triaje que no está contemplado ni protocolizado en primaria, a diferencia de los centros hospitalarios, donde las enfermeras sí cuentan con las herramientas y la acreditación necesaria para llevarlo a cabo". Según fuentes del sindicato profesional, las enfermeras "pueden asumir más competencias, pero siempre que exista una seguridad jurídica plena, con protocolos estandarizados y consensuados con un colegio de Enfermería y con sociedades científicas enfermeras".
"Nula capacidad de atracción"
En la misma línea que Amyts, la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO-Madrid habla directamente de "una ofensa a los profesionales y a la ciudadanía", y alerta de posibles riesgos asistenciales para los pacientes. "La consejería parece obviar que los profesionales de distintas categorías tienen competencias diferentes, por lo que difícilmente, y sólo en temas puntuales, la actuación de unos puede sustituir o paliar la ausencia de otros", añade CCOO.
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