La inmunoterapia ha ido abriendo un nuevo escenario en el abordaje del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) avanzado, y actualmente representa el tratamiento estándar para estos pacientes. Una vez demostrada la eficacia de esta opción, uno de los siguientes retos que se plantean a los especialistas es optimizar este tratamiento en los casos con altos niveles de expresión de PD-L1. Una línea de investigación en este sentido son los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico, metastásico o localmente avanzado, con una expresión de PD-L1 ≥50% y que por su situación no son candidatos al tratamiento con quimioterapia o radioterapia definitiva.
"El porcentaje es bajo (menos del 5%) en relación con los pacientes de cáncer de pulmón en general, pero representan entre un 20 y un 25% de los pacientes con CPNM metastásico", explica Noemi Reguart, especialista en oncología médica en el Hospital Clínic de Barcelona.
Hasta el momento, como señala Reguart, sólo existía una opción terapéutica para este grupo de pacientes: pembrolizumab, situación que ha cambiado con la reciente aprobación como tratamiento en primera línea de cemiplimab, un anti PD-L1 comercializado por Sanofi como Libtayo, que ya cuenta con otras dos indicaciones aprobadas por la Aemps (carcinoma cutáneo de células escasmosas y carcinoma basocelular).
"Se trata del único fármaco que está aprobado en ficha técnica como tratamiento para pacientes altos expresores de PD-L1 sin anomalías EGFR, ALK ni ROS 1, y descartados para recibir quimio-radioterapia", apunta la especialista.
Esta aprobación se basa en los datos arrojados por el estudio Empower-Lung 1, un ensayo en fase III, abierto, aleatorizado y multicéntrico en el que se investigó cemiplimab en comparación con quimioterapia. Para Noemi Reguart, la principal aportación de este fármaco respecto a otras opciones es que este ensayo clínico permitió la inclusión de pacientes más similares en la práctica clínica real, que habitualmente están infrarrepresentados en otros estudios (con metástasis cerebrales, infecciones víricas o enfermedad localmente inoperable y no apta para quimio o radioterapia definitiva). "Debido a ello, resulta especialmente interesante que cemiplimab haya conseguido resultados estadísticamente significativos en esta población, tanto en relación a su eficacia como a la calidad de vida que proporciona a los pacientes".
Otro dato relevante, en opinión de la experta, son los resultados referidos a la supervivencia: "En población en general, cemiplimab redujo significativamente el riesgo de muerte en un 32%, un porcentaje que está en línea con el de otros fármacos. Sin embargo, me gustaría destacar que en el caso concreto de los pacientes altos expresores de PD-L1 (≥50%), este nuevo tratamiento oncológico redujo el riesgo de muerte en un 43%. Este fue el motivo por el que obtuvo la indicación de la EMA y la aprobación en España. En cuanto al perfil de seguridad, es muy similar a los de su categoría en la población de pacientes con CPNM, por lo que su manejo no va a suponer ningún reto para nosotros".
La administración del fármaco, disponible en España desde mayo y financiado por el Sistema Nacional de Salud, es trisemanal, por vía intravenosa, y la duración de su infusión es de 30 minutos. "El tratamiento se prolonga hasta la progresión de la enfermedad, por toxicidad o bajo criterio del oncólogo. Cemiplimab se administra siempre en monoterapia para esta indicación", explica Reguart.
Primera causa de mortalidad
La importancia que tiene la incorporación de novedades terapéuticas como este anti-PD-L1 para este tipo de tumor adquiere su dimensión en un contexto en el que el cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, siendo el CPNM el histotipo más común. Y todo apunta a que esta situación se va a mantener en el tiempo: "Según las cifras recientes presentadas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en el año 2022 se diagnosticarán en España unos 31.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, y se prevé que este tumor seguirá siendo la primera causa de mortalidad por cáncer entre los hombres españoles y la segunda causa entre las mujeres, después del cáncer de mama", afirma Jordi Remón, secretario científico de la SEOM, quien hace hincapié en el cambio epidemiológico que se ha producido en esta enfermedad: "Es alarmante ver cómo la mortalidad por cáncer de pulmón entre las mujeres sigue aumentando, mientras que hay una tendencia al descenso entre los hombres. La incorporación, hace unos años, de las mujeres españolas al hábito tabáquico ha favorecido este incremento y, en consecuencia, su mortalidad".
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