La pandemia del SARS-CoV-2 nos ha puesto en alerta ante la debilidad humana frente a virus desconocidos, virus emergentes o virus reemergentes. El virus de la viruela de mono es un virus emergente causante de numerosos casos anuales en distintos países de África. El brote que ha causado en España es un ejemplo de la posible llegada de virus ajenos a nuestra sociedad, pero presentes en otras partes del mundo, que pueden legar a afectarnos. Nuestra debilidad e impotencia ante algunos virus conocidos y otros que están por llegar, deben de hacernos replantear los sistemas de alerta, salud pública, contingencia, formación e investigación básica y clínica que sirvan para afrontar mejor el reto del próximo virus.
Hace un poco más de un siglo, la pandemia de la gripe de 1918 terminó con la vida de entre 40 y 50 millones de personas en un mundo de menos de dos mil millones de personas. Los datos oficiales de la COVID indican la muerte de más de seis millones de personas, aunque las estimaciones de exceso de mortalidad indican unos 20 millones de muertes en un mundo próximo a los ocho mil millones de habitantes. ¿Será el progreso derivado de la pandemia de la COVID capaz de afrontar mejor la próxima pandemia?
Los virus Influenza, causantes de la gripe, junto con los coronavirus emergentes, son en estos momentos los virus con un mayor potencial pandémico debido a su transmisión rápida y efectiva a través de vías respiratorias. Ambos son virus adaptados a animales que se transmiten a humanos causando zoonosis. Otros ejemplos de virus que presentan un elevado riesgo zoonótico son los virus de la familia de los filovirus, entre los que se encuentra el virus del Ébola, la familia de los paramixovirus con ejemplos como los virus de Nipah y Hendra, o los hantavirus como el virus de Lassa.
Otros virus conocidos que pueden tener un importante impacto en nuestra sociedad están asociados a la trasmisión a través de picaduras de mosquitos o de otros vectores artrópodos. En este grupo se encuentran el virus de la fiebre de Crimea-Congo, así como otros virus de la familia de los bunyavirus.
Muchos flavivirus, son causantes también de enfermedades endémicas en distintas partes del mundo y pueden emerger en áreas donde los mosquitos transmisores se están desplazando debido al cambio climático. Entre estos están el virus del dengue, el virus Zika, el virus de la fiebre del Nilo Occidental y el virus de la fiebre amarilla, entre otros. Los virus de la familia de los togavirus, también transmitidos por mosquitos suponen otro ejemplo de virus con potencial expansión a nuevas zonas. Un ejemplo de virus de esta familia es el virus chikunguña.
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