ASHO, empresa dedicada a la codificación de documentación clínica, trabaja cada año con alrededor de 1 millón de informes de altas. Con toda esa información, "la inteligencia artificial (IA) era una evolución natural", afirma Carlos Sevillano, director comercial de la compañía, que asegura que "somos una empresa de codificación, pero el camino nos está llevando a ser una empresa tecnológica".
Por ello, la empresa ha creado un departamento específico que ayudará a "validar la calidad de las historias clínicas", algo que, hasta ahora, realizan humanos que podrán dedicarse solo a verificar lo realizado por la IA. "La validación se hace vía muestreo, pero estamos trabajando en un preproyecto para que se pueda hacer sobre todos los documentos".
También trabajan en Iberoamérica "en el análisis de historias clínicas, para validarlas y codificarlas, algo que ahora se hace con una calidad un tanto precaria".
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