La enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad, por delante del cáncer, y la prevención primaria y la secundaria (cuando ya se ha sufrido un primer evento), son la mejor estrategia sanitaria y social para combatirla. Para concienciar de su relevancia la consultora de no-mercado Harmon ha puesto en marcha las Conversaciones con Salud, by Harmon, un ciclo de encuentros destinado a compartir puntos de vista y experiencias sobre la realidad sanitaria actual entre personas relevantes del ámbito sanitario y desde la perspectiva autonómica.
Barcelona, Sevilla y Santiago de Compostela han acogido los tres eventos de ese ciclo. En ellos se han defendido estrategias como dotar más recursos para la prevención dentro del sistema sanitario (en atención primaria y hospitalaria) y fuera de él; una atención integral a los afectados por estas patologías y sus familias, y aumentar la adherencia a las terapias y mejorar el control del paciente con ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En el encuentro celebrado en la capital catalana se puso de manifiesto que la atención al paciente con enfermedad cardiovascular va mucho más allá de la asistencial en la fase aguda. Debe ser integral y centrarse en la prevención primaria y secundaria, tal y como defendieron Josepa Mauri, directora del Plan Director de Enfermedades Cardiovasculares del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya; Nuria Alonso, jefa de Sección de Diabetes y Enfermedades Metabólicas del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Germans Trias de Badalona, y Mercè Ayesta, responsable del programa Abric, de la Fundación Ictus.
Mauri explicó lo que se está haciendo en esta comunidad dentro de un plan director de carácter integral, con un amplio catálogo que va desde la cardiología integrada de la atención primaria y la hospitalaria hasta la cardiología compleja, el Código Infarto o la atención a la muerte súbita.
Ayesta indicó que, a pesar de los recursos asistenciales disponibles, "la gente se siente muy sola" después de sufrir un ictus. Esa es una situación a la que va dirigida el programa Abric, dedicado a asesorar y guiar en el proceso de recuperación a las personas que han sufrido un evento de ese tipo y a sus familiares. Y es que la fase aguda queda atrás pero el paciente va a tener que convivir con cambios que le obligarán a transformar su hogar, buscar asesoramiento legal o adoptar hábitos de vida diferentes para evitar un segundo ictus.
Alonso, por su parte, subrayó la importancia de la alimentación y la higiene del sueño, que son factores relevantes en la enfermedad cardiovascular. Lamentó que no haya tiempo en las consultas médicas para explicar bien al paciente y su familia cuáles son los hábitos más saludables, y defendió la organización de aulas con cocina en los hospitales en las que se forme de manera fácil y amena a grupos de unos 10 enfermos. También recordó que sin apoyo, por ejemplo, se da una baja adherencia a tratamientos hipolipemiantes al año del evento cardiovascular. Y denunció otra realidad paralela: la inercia terapéutica por pate de los profesionales que les atienden.
A favor de un cambio de paradigma
Mauri, que es cardióloga intervencionista, recordó que la enfermedad cardiovascular es "la pandemia" actual y que parece que se "haya normalizado que ingresen y mueran pacientes por esta causa cada día". Afrontarlo obliga a "un cambio de paradigma", en su opinión, comenzando por reforzar la atención primaria -"es lo que hemos hecho (en Cataluña)"- con dietistas, soporte emocional y entrevistas motivacionales de enfermería.
Ayesta recordó que, a pesar de los avances, quedan carencias por cubrir en el sistema de salud, comenzando por la colaboración entre niveles asistenciales. Y destacó la importancia de incluir la visión del paciente, las decisiones compartidas, tener en cuenta las diferencias culturales de los enfermos y apoyarse en las herramientas digitales que pueden mejorar la adherencia a las terapias.
Assumpta Ricart, gerente de Procesos Integrados de Salud del área Asistencial del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), anunció un nuevo plan de rehabilitación en Cataluña, que incluirá la cardiológica para pacientes de alto riesgo. Y acerca de la atención integrada aseguró que hay medios para hacerla –hospitales con primaria y hospitales de referencia con generales- y que el año que viene (2024) dispondrán de una buena propuesta para el sistema de salud autonómico. A favor de ello remará, precisó, la futura Agencia de Salud y Social de Cataluña.
En el encuentro de Santiago de Compostela...
En el encuentro de Santiago de Compostela se puso el acento en que la práctica de una medicina preventiva, la ayuda a la adherencia al tratamiento y un mejor control del paciente para que llegar a los objetivos son algunos de los beneficios que proporcionan la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en enfermedad cardiovascular. Pero también se alertó de que estas herramientas no deben suponer una deshumanización del sistema y han de utilizarse dentro de una organización cohesionada, basada en la gestión inteligente de los datos y que involucre al paciente.
Participaron Estrella López Pardo, gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas); Mercedes Pereira, presidenta de la Asociación de Farmacéuticos de Atención Primaria de Galicia; Rafael Vidal, cardiólogo de la Unidad de Imagen y Función Cardiaca del Servicio de Cardiología en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, y Javier García Seara, presidente de la Sociedad Gallega de Cardiología y especialista del servicio de Cardiología en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
La apuesta de Galicia por las TIC es firme y tiene un largo recorrido. Su historia clínica electrónica fue pionera y hoy está implantada en todo su territorio. Cuenta con un proyecto de digitalización potente que acaba de estrenar la última versión de Ianus, que supone un nuevo paso en la transformación digital e introduce novedades como la carpeta personal de salud, la videoconsulta y la conectividad con los dispositivos de salud. La plataforma de teleasistencia Telea es una herramienta de prevención secundaria que ayuda al seguimiento remoto de los enfermos crónicos, entre ellos de quienes padecen enfermedad cardiovascular, evitando los desplazamientos.
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