Una seguidora habitual del Laboratorio me pasa una imagen donde la marca Sal Costa anuncia su sal ligera afirmando que contiene «un 60 % menos de sal», y me pregunta si ello es posible.
Una sal con menos sal ciertamente suena rara y resulta confusa; pero cabe imaginarla. En química, sal es cualquier compuesto formado por la interacción de un ácido y una base, con sustitución de los átomos de hidrógeno del ácido por cationes que aporta la base. En el lenguaje corriente, sin embargo, usamos el término para referirnos más concretamente a la sal común, sal de cocina o sal de mesa; esto es, el cloruro sódico o NaCl, que es la sal más abundante en el líquido extracelular de muchos organismos y también el condimento más usado históricamente en la cocina, por su capacidad para potenciar o realzar el sabor de los alimentos. En nuestra cultura, de hecho, es apenas concebible una cocina sin sal, como deja constancia el refranero: «Por falta de un grano de sal, el mejor guisado sabe mal», y «Quien se come un huevo sin sal se come a su padre si se lo dan».
Ocurre también, no obstante, que la sal de mesa se cuenta tradicionalmente ¾junto al tabaco, el alcohol y el café¾ entre los productos más denostados por los médicos. A los pacientes con hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca o enfermedades edematosas suele prescribírseles una dieta hiposódica, con exclusión de la sal de mesa o cloruro sódico, de los alimentos procesados con sodio y de todo alimento salado.
Se genera así un nicho comercial ideal para un producto novador: la sal ligera con apenas un 40 % de cloruro sódico, pues el 60 % restante es otra sal distinta, el cloruro potásico o KCl. No entraré a valorar si consumir potasio en abundancia es más o menos sano que consumir sodio, pero sí me parece evidente que, para el consumidor medio, sería más claro hablar de «sal con menos sodio» (como, de hecho, compruebo que ya hace Sal Costa en el etiquetado de los nuevos envases) en lugar de «sal con menos sal». Aunque también hemos de reconocer que, de hacerlo así, se prestaría fácilmente a la chanza química: «¿Sal sin sodio? Seguramente no sabrá a Na». ♦
Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/mwxWKvJ
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