Una gran segunda ola de la pandemia no pillaría desprevenidos a los Servicios de Farmacia de los hospitales. La crisis obligó a poner a pleno rendimiento la telefarmacia y el teletrabajo, y los farmacéuticos, junto con otros profesionales, se vieron abocados a revisar día a día las evidencias sobre terapias para el coronavirus. Cuatro jefes de Farmacia Hospitalaria de hospitales distantes geográficamente y muy diferentes en recursos e idiosincrasia explican que reaccionaron de forma similar a la crisis y alcanzaron soluciones similares.
“La sensación que queda es que hay que ser mucho más flexibles para afrontar los cambios que puedan llegar”, observa la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Olga Delgado, que trabaja en el Son Espases de Palma de Mallorca. “Hemos visto que somos capaces de abordar muchos cambios en poco tiempo y nos ha permitido reflexionar sobre lo que aporta valor y lo que es prescindible”, apunta María Queralt Gorgas, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Valle de Hebrón (Barcelona).
Telefarmacia
La crisis ha supuesto el empujón definitivo a la telefarmacia. “Probablemente es el cambio más relevante; lo habíamos iniciado en ciertos casos y ahora no tiene vuelta atrás”, entiende Gorgas. El Valle de Hebrón atiende a 21.000 pacientes externos y la telefarmacia permite en la nueva normalidad no generar colas ni llenar salas de espera.
Uno de los momentos más duros fue hacer frente a las faltas de tratamientos
Los farmacéuticos se sirven de videoconferencia, chats y teléfono para el seguimiento y dispensación a distancia. “Todo ello garantizando la confidencialidad, la trazabilidad, la conservación del medicamento y, lo más importante, que el paciente se sienta acompañado durante todo el proceso”, afirma Gorgas.
“Prácticamente el 100% de los Servicios de Farmacia Hospitalaria se han volcado con el envío de medicación, bien a casa del paciente, al centro de salud o a su farmacia comunitaria”, asegura Miguel Ángel Calleja, del Hospital Virgen de la Macarena, de Sevilla, y ex presidente de la SEFH.
Más costoso
Muchos hospitales mantienen este servicio, aunque en distinto grado. En el Virgen de la Macarena, Calleja estima que el 75% de la dispensación es telemática. La telefarmacia tiene indudables beneficios para la comodidad del paciente, pero advierte de que consume un 80% más de tiempo que la dispensación presencial.
En el Complejo Hospitalario de Santiago implantaron el circuito de consulta telefónica con dispensación domiciliaria en un tiempo récord de 36 horas, recuerda la jefa de Farmacia, Irene Zarra. Aclara que en estos momentos no tienen implantada la telefarmacia, pero se han sentado las bases y se ha diseñado un programa piloto de envío de la medicación a domicilio con pacientes oncológicos.
Teletrabajo
No solo los pacientes, también los farmacéuticos dejaron de ir al hospital. Los equipos se dividieron para no coincidir y se facilitaron las conexiones remotas en casa con los hospitales. Zarra afirma que primó el teletrabajo con los profesionales con más riesgo de contagio o de contagiar a sus familiares. Desde el Son Espases, Delgado señala que, aunque el teletrabajo “no se mantiene igual que antes, sabemos que funciona y que la presencia durante un horario no garantiza ni el trabajo ni la prestación del servicio”.
Hay tareas del farmacéutico que se pueden "con más tranquilidad" en casa
Calleja entiende que sería positivo que se implantara de forma definitiva. Tareas como la telefarmacia, prescripción electrónica o elaboración de informes “se pueden hacer perfectamente desde casa y con más tranquilidad en muchos casos”.
Asimismo, han pasado al ámbito virtual la formación, la comunicación con la industria farmacéutica e incluso las reuniones internas del hospital, añade la farmacéutica del Valle de Hebrón. “Son mucho más productivas que antes, aunque cuesta acostumbrarse y el debate que se genera quizá no sea tan enriquecedor”, admite la farmacéutica del Valle de Hebrón.
Colaboración
En los peores momentos, el Valle de Hebrón llegó a atender a mil pacientes hospitalizados con covid-19 y a 300 en la UCI. Ante esta situación de colapso, “la colaboración entre niveles asistenciales, de la que siempre se habla pero nunca llega a consolidarse, fue imprescindible”. En su caso, fue la coordinación con hospitales de segundo nivel y centros sociosanitarios, el trabajo con farmacéuticos de Primaria.
Otro ámbito de colaboración ha sido la introducción de lleno de los farmacéuticos en los equipos de covid-19. Su conocimiento de los medicamentos ha sido esencial ante la incertidumbre sobre los tratamientos, el cambio constante de protocolos y las sustituciones a causa de los desabastecimientos. “Ahora hay menos incertidumbre; medicamentos que se consideraron vitales ya no se usan y, sin embargo, se emplean fármacos de siempre, como los glucocorticoides y los antitrombóticos”, expone la presidenta de la SEFH.
Desabastecimientos
Los farmacéuticos coinciden en que uno de los momentos más duros fue hacer frente a los desabastecimientos. Los hospitales han previsto un stock de seguridad de medicamentos esenciales, “pero no estamos tranquilos. Sigue siendo un reto que no se produzcan desabastecimientos y tengamos los medicamentos críticos”, afirma Delgado. “Dependerá de cuánto dure una segunda ola, porque si es más de mes y medio no se puede tener un stock tan grande”, alerta Zarra.
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