Nuestro primer contacto con la pandemia fue en la isla de la Gomera el 3 de febrero para visitar a los colegiados de la isla de la Gomera y entrevistarnos con las autoridades sanitarias y políticas para hablar del primer caso de coronavirus en España. Ya ese mismo día ofrecimos la colaboración de toda la red de oficinas de farmacias en todo lo que fuera necesario, aprovechando la alta cualificación de los farmacéuticos y la amplia distribución geográfica de la red de oficinas de farmacia para hacer llegar a la población de la Gomera información y formas de comportarse ante este virus, aumentando la distancia interpersonal, atendiendo a medidas de higiene y comenzando a hablar por primera vez de mascarillas en nuestro territorio.
Lo que vino un mes después no nos cogió desprevenidos. La semana anterior a la declaración del estado de alarma ya nuestro colegio estaba trabajando de forma tele-presencial, y ya habíamos enviado los primeros protocolos de autoprotección para poder garantizar el servicio farmacéutico a la población. Ese fue nuestro primer objetivo, junto al de ser los “educadores” de la población que acudió de forma masiva esos primeros días del estado de alarma a las farmacias, exigiendo mantener las distancias interpersonales, estableciendo los primeros aforos y ofrecernos para descargar la presión asistencial sobre la atención primaria, contribuyendo a evitar visitas innecesarias a los centros de salud. Se nos oyó y los planes de tratamiento de los crónicos se renovaron de forma automática y se imprimieron los planes de tratamiento en las farmacias. Seguimos con la atención farmacéutica a domicilio con más de 3500 pacientes atendidos, pacientes vulnerables o en cuarentena, la dispensación controlada y registrada de las mascarillas existentes en las farmacias de Canarias contra la presentación de la tarjeta sanitaria, la auto-regulación en el precio de las mascarillas en Canarias, anterior a la regulación ministerial. Ese jueves y viernes semana santa abrieron voluntariamente y de forma organizada en nuestra provincia un 300% de las farmacias que habrían en años anteriores para evitar desplazamientos de la población, que en esas fechas seguía confinada en sus domicilios.
En nuestra vertiente social se puso en marcha el domingo 15 de marzo la acción Mascarilla 19, una acción con un papel importantísimo e insustituible de las farmacias en la lucha contra la violencia de género, que a fecha de hoy a alcanzado una dimensión internacional. Se hicieron casi un millar de llamadas desde el colegio en el estado de alarma a pacientes en el macizo de Anaga, una zona con población muy envejecida y de difícil acceso para comprobar el estado de los pacientes y sus necesidades, yendo mas allá del piloto de entrega domicilio de SPD que unos meses atrás habíamos puesto en marcha para esta población.
Pero no sólo los farmacéuticos que trabajan en oficina de farmacia han realizado una importantísimo trabajo, cumpliendo de forma extraordinaria, garantizando la calidad del servicio en estos meses difíciles, sino que además los compañeros de los laboratorios de análisis, la distribución o la farmacia hospitalaria han estado en el mismo orden de actividad y de calidad en sus actividades.
Dificultades sin dejar de dar servicio
Sin embargo, en nuestra comunidad hemos tenido dificultades: desde el 15 de marzo hasta el mes de septiembre hemos visto nuestro tercer Consejero de Sanidad y nuestro tercer Director del Servicio Canario de Salud, lo que ha dificultado enormemente nuestro trabajo de colaboración, por las dificultades propias de las medidas de control de la pandemia, que nos impedían desplazamientos y reuniones para explicar todo lo que los farmacéuticos estamos dispuestos a hacer para luchar de una forma decisiva contra la pandemia.
"Nuestra contribución está limitada y la administración está desaprovechando un recurso importantísimo"
La farmacia no sólo no ha cerrado, sino que hemos estado prestando más servicios a la población que nunca, porque es ahora cuando mas se han necesitado. Nuestras armas han sido la amplia formación y vocación sanitaria y social. El uso de las mamparas, las mascarillas, el hidrogel, mucha formación a los pacientes y sobre todo armarnos de paciencia cuando nuestros ofrecimientos a las autoridades sanitarias de ayuda para controlar la pandemia caían en saco roto.
Especial importancia tiene en nuestras islas el sector turístico en la zona sur de las islas de forma directa y en la economía del resto de las islas de forma indirecta. A ellos no son ajenas las farmacias que se encuentran en zonas turísticas, especialmente castigadas por la falta de población a la que atender. Nos hemos encontrado en zonas con una alta dependencia del sector servicios con un “cero turístico”, en zonas con unos alquileres altísimos, donde la viabilidad económica de las farmacias que están en esas zonas ha llegado al límite en muchos casos y a la que desde los colegios no podemos darle la solución que necesitan, que no es otra que la llegada de pacientes y usuarios.
A pesar de estas contribuciones consideramos que nuestra contribución está limitada y la administración está desaprovechando un recurso importantísimo para luchar contra esta pandemia, de una forma difícilmente justificable.
A veces me pregunto: el objetivo de toda esta batalla ¿no es luchar contra esta pandemia aprovechando todos los recursos disponibles y con la mayor eficacia? O si los que tienen que decidir estas cuestiones, ¿saben lo que es una farmacia del siglo XXI y lo que puede hacer un farmacéutico?
Colaborar en la vacunación
Es muy difícil de explicar a la población por qué no se ha contado de una forma decisiva con los farmacéuticos, que además de ser el sanitario de confianza más cercano al paciente, está sobradamente preparado para contribuir a disminuir los daños que está produciendo esta pandemia. Por ello, desde el nuestro Colegio seguimos ofreciendo nuestra colaboración y nuestros proyectos en detección precoz de “pacientes covid” en función de cuestionarios, realizados a partir de la demanda de medicamentos por los pacientes. Demandamos para ello un sistema de comunicación de estos posibles casos a la atención primaria para su control, que se tenga en cuenta a los profesionales que trabajamos en las farmacias para la vacunación contra la gripe el año en que queremos alcanzar el 75% de la cobertura, aprovechando nuestra capilaridad en todo el territorio.
Demandamos acceder a la vacuna de la covid-19 para que sea accesible para la población, cuando esté disponible, con protocolos definidos por las autoridades sanitarias, así como contribuir de forma protocolizada en la realización de pruebas de detección que nos ayuden a controlar la situación actual.
¿De verdad las autoridades sanitarias no quieren utilizar todo el arsenal de profesionales sanitarios más próximos a los pacientes, que no hemos cerrado nuestros establecimientos durante la pandemia y que somos los primeros a los que acuden los pacientes y son atendidos sin cita previa? Yo no soy capaz de entenderlo.
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